Mérida, Yuc. Los sicarios Moisés Alfredo López Jiménez, Alejandro Alvarez Sánchez y María de Jesús Reséndiz García, en plena audiencia intermedia de hoy decidieron confesar su participación en el crimen de una ejecutiva bancaria y de un policía estatal para recibir, en un proceso abreviado, una condena mínima de 88 años y 9 meses de prisión.

Gracias a las pruebas contundentes aportadas por la Fiscalía General del Estado, se vieron acorralados y en la necesidad de concluir de manera anticipada su proceso penal por los delitos de feminicidio y homicidio calificado contra un servidor público, ambos cometidos en pandilla, por el asesinato de la ejecutiva bancaria Teresa Aurora V.C., de 39 años, y del policía estatal Raúl Adrián C.A., de 23 años, el 23 de julio de 2021.

La condena se decretó luego de que los fiscales de litigación desahogaran los documentos contenidos en la carpeta de investigación ante la juez de control Suemy del Rosario Lizama Sánchez, en donde se comprobó la participación de los dos hombres y la mujer.

De igual manera, se les condenó al pago de reparación del daño, se les negaron los beneficios, se ordenó su amonestación pública y la privación de sus derechos políticos. Al término de la audiencia se informó que las partes renunciaron al plazo para apelar la citada sentencia, por lo que quedó en firme.

Este hecho se dio el pasado 23 de julio, entre las 7:20 y 7:40 horas, cuando los hoy sentenciado sorprendieron a Teresa Aurora en su propio domicilio, ubicado en la calle 19 entre 36 y 36-E del fraccionamiento Gran San Pedro Cholul, en Mérida, al momento en que ésta, con su hija en brazos, de año y medio, se dirigía a abordar su automóvil.

Enseguida la sometieron, intentando arrebatarle a la menor; acto seguido, la arrastraron hasta el interior del predio en donde la golpearon y agredieron con un arma blanca que le clavaron en el pecho, causándole múltiples lesiones que ocasionaron su muerte.

Luego abordaron el vehículo de la víctima, un Yaris rojo con placas YWA-690-B, pero fueron detenidos por el agente policiaco, en un tramo de la carretera Mérida-Motul.

Sin embargo, para no ser descubiertos, los imputados detuvieron la marcha del vehículo y descendieron para atacar al agente, a quien despojaron de su arma de cargo, con la cual le dispararon en diversas ocasiones, causándole la muerte.

Abordaron el auto, que dejaron abandonado, y se subieron a una camioneta Van de transporte público del municipio maya de Baca, que viajaba hacia Mérida.

Ya en la ciudad, se dividieron: los hombres fueron a la terminal de camiones del Golfo, ubicada en la calle 65 x 68 y 70, para abordar un autobús con destino a Tamaulipas.

Pero no contaron que unos ciudadanos los grabaron al momento de agredir y matar al agente, y con sus imágenes, se les dio seguimiento con las cámaras de vigilancia de la policía; los hombres fueron arrestados por la Policía Municipal de Mérida en la citada terminal y la mujer en una posada de la capital yucateca.

La muerte de la ejecutiva del Banco Santander se habría consumado porque su última pareja sentimental y padre de la niña de año y medio, de nombre Omar M., no quería que la ahora occisa tuviera una vida social bastante activa, pues es un fanático religioso.

La pareja vivió en el estado de Morelos, pero por las constantes agresiones de que había sido objeto, la mujer lo abandonó, llevándose consigo a sus tres hijos, todos de distintos padres.

Días antes del crimen, se comunicó con ella y la amenazó, sin que se levante alguna demanda al respecto, sólo que la víctima le contó a su padre lo que había pasado y éste le dijo que estaría pendiente de ella y de su nieta.

Cuando ocurrió el ataque, los niños mayores se encontraban viviendo con sus respectivos progenitores, por la temporada vacacional.

El crimen, al parecer, fue ordenado a los ahora procesados por el papá de la bebé, por lo que éstos llegaron a Mérida, desde el 21 de julio, y la estuvieron vigilando, para que al menor descuido le arrebataran a la niña, pero no contaron con que la madre opusiera férrea resistencia y es por eso que acabaron asesinándola.

En cuanto al presunto autor intelectual del feminicidio, no se ha procedido actuar en su contra, por lo difícil que es establecer su participación en los hechos que derivaron en la doble tragedia.