San Salvador. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, dio ayer un ultimátum a las pandillas consideradas responsables de 87 homicidios en tres días, bajo la amenaza de aumentar aún más los castigos a sus más de 16 mil miembros encarcelados.
Paren de matar ya, o ellos (los presos) la van a pagar también
, tuiteó Bukele, y acompañó su publicación con el video de la redada en una cárcel donde los custodios sacan de sus celdas a los presos semidesnudos, los fuerzan a correr y los revisan en los patios.
En las imágenes, los uniformados llevan con prisa a los reos, esposados, descalzos, con el torso desnudo y sólo vistiendo una trusa blanca. Algunos de ellos se caen en el camino. La grabación muestra a cientos sentados en el piso, uno pegado al otro.
La reacción del mandatario llega un día después de la declaratoria nacional de estado de excepción, tras una ola de homicidios presuntamente ordenados por las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18.
El régimen de excepción restringe las libertades civiles y amplía los poderes de la policía y el ejército en el control del orden público.
“Tenemos 16 mil homeboys (pandilleros) en nuestro poder, aparte de los mil arrestados en estos días”, recordó Bukele.
Los reos están sometidos desde el domingo a un estricto estado de emergencia en las cárceles, por lo que soportan, entre otras medidas, el encierro permanente en sus celdas. Les decomisamos todo, hasta las colchonetas para dormir; además, les racionamos la comida y ahora ya no verán el sol
, enfatizó.
La disposición fue criticada por el ex secretario de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrão. Populismo penal: ilegalidades para enfrentar ilegalidades. Barbaries para enfrentar barbaries
, tuiteó.
De inmediato, Bukele le respondió a Abrão: ustedes en la OEA y la CIDH fueron los que patrocinaron la tregua (entre pandillas) que sólo fortaleció a las bandas y les permitió acumular recursos, dinero (y) armamento (...)
.
Llévense su peste (las pandillas) de nuestro país
, enfatizó. En 2012, el entonces presidente salvadoreño Mauricio Funes (2009-2014) facilitó una tregua entre pandillas, la cual fue apoyada por la OEA con el fin de reducir los homicidios.
Las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18, entre otras, tienen unos 70 mil miembros en El Salvador. De acuerdo con las autoridades, operan en la comisión de homicidios, extorsiones, narcotráfico y otras actividades ilegales. El Salvador cerró 2021 con la tasa más baja de homicidios desde el fin de la guerra civil en 1992, con 18 muertes por cada 100 mil habitantes, según datos oficiales. El total de homicidios, mil 147, también presentó una reducción frente a 2020, cuando hubo mil 341.