Ciudad de México. El ingreso de la mujer al ámbito laboral de la seguridad global constituye un logro sociocultural muy importante, luego de una larga serie de dificultades para el reconocimiento de su ejercicio y liderazgo social. De ahí la importancia de conocer de viva voz la experiencia de tres protagonistas en el sector regional latinoamericano, y de cómo perciben la participación femenina dentro de la agenda de seguridad a nivel internacional.

Más presencia de mujeres líderes, una necesidad

Para Dora Cortés, colombiana, ingeniera industrial y líder del área de seguridad corporativa, la mayor aspiración es liderar un área de seguridad a nivel global. Se trata de un objetivo compartido por muchas, luego de que la realidad indica que existe una mayor presencia de varones desempeñándose en los puestos más importantes.

Los anterior se expresó durante el webinar “Los retos para las profesionales de la seguridad: Historias de éxito”, que tuvo lugar durante este mes de marzo, dentro de la serie organizada por la la UDLAP Jenkins Graduate School

“En varios momentos de mi carrera he sido, en esta actual posición que ocupo, la única mujer a nivel global. Y por eso, en un nivel más arriba, menos he encontrado mujeres directoras o vicepresidentas de seguridad global. Para mí, ese es el reto”, aseveró Dora Cortés.

Ana Selene Molina, gerente de seguridad de BanCoppel, coincidió con lo señalado por Cortés, y resaltando la necesidad de alcanzar una igualdad en cuanto a salario y oportunidades: “En mi organización estoy haciendo lo conducente. Me gustaría ver a más mujeres en posiciones estratégicas de seguridad”.

Desempeñándose, por fortuna, en una realidad distinta, Salomé Flores, National Program Officer en la oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC), es ejemplo de que en cualquier ámbito y contexto, existen excepciones: “Tengo la fortuna de trabajar en una organización que promueve la equidad de género en todos los niveles. Ha sido prioridad en la agenda del secretario general que haya esta representación equitativa en cuanto a una paridad en los distintos niveles y la misma remuneración”.

Sin embargo, destacó la conveniencia de revisar de manera formal y a fondo la participación femenina en el ámbito: “Sería interesante emprender una investigación sobre la participación de la mujeres en el sector de la seguridad ciudadana, para así documentar el logro de todas ellas y de ahí también poder inspirar a otras”.

Las personas por encima de los géneros

Ante la realidad que evidencia una disparidad de género en la participación dentro del sector, Dora Cortés apuntó que es momento de dejar de hacer distinción entre hombres y mujeres. “Debemos hablar de un perfil ejecutivo de personas, hombres o mujeres, con habilidades técnicas, estratégicas y con valores como personas. No debería haber una diferencia”.

Mientras que, en este mismos sentido, Salomé Flores apuesta por algo aún más incluyente: “Abogaría por tener equipos multidisciplinarios con personas comprometidas que contribuyan desde sus diferentes áreas de conocimiento”. Incluso, destacó la oportunidad de integrar a personas de distintos grupos, más allá de la supuesta dicotomía de hombres y mujeres.

La seguridad como un estilo de vida

Las tres especialistas coincidieron que el desempeño profesional en este sector llega a alcanzar el grado de un estilo de vida. “Encuentras una motivación sobre cómo proteger a las personas”, señaló Cortes. Mientras que Ana Selene Molina hizo hincapié en que la profesión es exigente y demandante, física y emocionalmente. “Una vez que encuentras la manera de facilitarle la vida a las personas o a tu empresa, y facilitarles la seguridad integral, es muy bonito”.