Pekín. El crecimiento de las ganancias en las empresas industriales de China se aceleró en enero-febrero, en línea con otros signos de impulso en la economía, aunque las perspectivas empañadas por los brotes de COVID-19 y la guerra en Ucrania están avivando los llamados a medidas de apoyo monetario.
Las ganancias aumentaron 5 por ciento respecto al año anterior, frente a un incremento de 4.2 por ciento en diciembre, dijo el domingo la Oficina Nacional de Estadísticas (NBS).
El crecimiento en enero-febrero estuvo impulsado por el aumento de las ganancias en los sectores de energía y materias primas, gracias a los precios más altos de recursos como el petróleo crudo y el carbón.
Los datos de enero y febrero generalmente se combinan para suavizar las distorsiones del feriado del Año Nuevo Lunar, que puede caer en cualquier mes.
El crecimiento mensual de las ganancias en la distribución entre otras empresas industriales se ha visto lastrado por los altos costos de las materias primas, que languidecen en cifras de un solo dígito desde noviembre.
El avance ligeramente más rápido de las ganancias industriales coincidió con la mejora de los datos del NBS sobre la producción industrial, las ventas minoristas y la inversión en activos fijos en enero-febrero, lo que sugiere que el impacto de las medidas políticas recientes estaba comenzando a sentirse.
Aun así, han surgido desafíos este año, incluido el brote de COVID más grave de China desde principios de la pandemia en 2020, impulsado por la variante ómicron, que amenaza con perturbar las economías locales y reducir todavía más el gasto de los consumidores.
“La brecha entre los márgenes de beneficio de la producción y la comercialización se amplió a medida que los márgenes de beneficio de distribución cayeron aún más”, escribieron analistas de Goldman Sachs en una nota.
“Esperamos que el brote de COVID en varias provincias afecte las ganancias industriales a corto plazo”, sostuvieron.
Si bien añadieron que dados los brotes de coronavirus, se pueden esperar medidas para aliviar aún más las medidas monetarias y fiscales.
El centro financiero de Shanghái ha estado luchando con su peor ola de COVID en el último mes desde el brote inicial en China hace dos años.