Bruselas. Estados Unidos y la Unión Europea (UE) anunciaron medidas para reducir la dependencia europea al gas ruso este viernes en Bruselas, poco antes de que el presidente Joe Biden saliera hacia Polonia para mostrar el compromiso occidental contra la invasión rusa en Ucrania.
Biden aterrizó el viernes en Rzeszow, Polonia, a 100 kilómetros de la frontera con Ucrania. En ese país el mandatario tiene previsto reunirse con soldados estadunidenses apostados en la zona y viajar después a Varsovia, donde hablará con los líderes polacos y visitará un centro de acogida de refugiados ucranios que huyeron de la invasión rusa.
Horas antes, en Bruselas, en un comunicado conjunto Biden y la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunciaron la creación de un grupo de trabajo destinado a reducir la dependencia europea de combustibles fósiles rusos.
Estados Unidos se esforzará para garantizar un volumen de gas natural licuado [GNL] para el mercado de la UE "de al menos 15 mil millones de metros cúbicos en 2022", indica el documento.
Al mismo tiempo, Alemania anunció que reducirá de manera significativa su dependencia energética de Rusia y prevé prescindir del carbón de aquel país de aquí al otoño (boreal). También aseguró que las importaciones de petróleo ruso se reducirán a la mitad de aquí a finales de año.
Para el gas el proceso se proyecta más lento y las autoridades alemanas se dieron de plazo hasta "mediados de 2024".
Antes de la invasión rusa, Alemania importaba de Moscú un tercio del petróleo que consume y cerca de un 45 por ciento del carbón. Pero en las últimas semanas el país redujo sus importaciones de gas ruso, que ya solo representan el 40 por cientodel total.
Ucrania, en tanto, insiste en la necesidad de "aumentar la presión económica" contra Rusia y Bielorrusia, aliado de Moscú.
En un comunicado de Telegram, el Ministerio de Infraestructuras propuso a la UE bloquear "totalmente las conexiones terrestres y marítimas" con estos dos países para detener el suministro de bienes que podrían "ser utilizados con fines militares".
Ante la serie de medidas sin precedentes tomadas contra Moscú, el jefe de su diplomacia Serguéi Lavrov acusó a Occidente de querer "destruir, romper, destrozar, asfixiar la economía y Rusia en su conjunto", en declaraciones durante una reunión con representantes de una fundación diplomática rusa.