Matamoros, Tamps. A bordo de una lancha deteriorada, Pascual Márquez remó varios kilómetros hasta localizar el cuerpo de su hija Liliana de 19 años, desaparecida desde el pasado martes cuando se internó al río Bravo con el propósito de cruzar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de vida.
Debido a que las corporaciones de seguridad local actuaron con lentitud para iniciar las labores de rescate, Márquez decidió realizar una búsqueda por su cuenta en el cauce; primero encontró pertenencias de su hija y luego su cadáver.
Liliana residía en el fraccionamiento las Brisas, sector de alta marginación al poniente de Matamoros, limítrofe con Brownsville, Texas.
El martes decidió, acompañada de su novio, Carlos Emanuel García, atravesar el río Bravo, pero fue arrastrada por la corriente. El joven, también de 19 años, pudo ponerse a salvo.
Al ver que pasaba el tiempo y las autoridades no hacían nada, Pascual decidió, por cuenta propia, la mañana de este jueves ir en búsqueda de su hija Liliana.
En una pequeña lancha en mal estado, incluso con algunos agujeros, remó largos tramos hasta que halló una mochila, donde llevaba su celular y dos cambios de ropa.
Enseguida localizó el cuerpo de Liliana; amarró un cordón al cuello de su hija y la condujo hasta la orilla del cauce. “Este Río está maldito”, sentenció cuando el cadáver de su hija estaba ya a unos centímetros de tierra firme
Más tarde arribó personal forense que levantó el cuerpo y lo trasladó a la morgue de la avenida Marte R. Gómez.