Para evitar una nueva inundación en Tula, Hidalgo, se requieren medidas como desazolvar las presas reguladoras como el vaso Requena que tiene cien años de construcción y nunca se ha saneado, y resolver la falta de coordinación entre la Comisión Nacional del Agua (Conagua), los gobiernos de la Ciudad de México e Hidalgo para establecer acciones de previsión suficientes, advirtió Greenpeace.
Señaló que la región de Tula, Hidalgo, está en riesgo de enfrentar nuevas inundaciones que podrían causar daños materiales y humanos a más de 60 mil personas que habitan en la zona.
Indicó que de acuerdo con Carlos Paillés, ingeniero hidráulico a cargo del Fideicomiso de Infraestructura Ambiental de los Valles de Hidalgo, se requiere realizar un desazolve prioritario de los vasos reguladores.
“El desazolve de la Presa Requena es imprescindible para reducir los riesgos a los que se expone la población de Tula, ya que esta acción por sí sola hubiera evitado los efectos catastróficos de la inundación del 6 y 7 de septiembre de 2021, al haber podido retener durante 16 horas hasta 30 millones de metros cúbicos, pero escasamente pudo retener solo 3 millones, lo cual contribuyó a agravar la tragedia ocurrida”, aseguró Paillés.
Apuntó que entre 2017 y 2018, la Conagua realizó obras parciales y limitadas que ahora ha decidido continuar, para lo cual el 8 de marzo publicó una convocatoria de licitación pública con clave IO-016BOO985-E64-2022 que será adjudicada el próximo viernes para la construcción en el río Tula de un cajón de concreto en su cauce urbano, así como una ampliación de la capacidad de flujo en puentes. De acuerdo con especialistas en materia hídrica esas obras son insuficientes para evitar inundaciones como la ocurrida en septiembre del año pasado en la que se registraron daños a 3 mil viviendas y 17 muertes.
Agregó en un comunicado que Greenpeace y el Colectivo Agua-Clima han promovido una agenda de medidas para lograr un rescate integral de la Cuenca del Valle de México desde una perspectiva de derechos humanos y enfocada a luchar contra el cambio climático, dentro de las cuales se incluye el tratamiento y reuso controlado de aguas residuales para evitar inundaciones y reducir los grandes volúmenes de agua trasvasada de otras cuencas, disminuyendo sustancialmente los efluentes que son conducidos hacia el Valle de Hidalgo.
Actualmente más de 15 organizaciones hidalguenses apoyadas por alrededor de 10 mil ciudadanos afectados esperan una respuesta de la Conagua, para que sus peticiones sean integradas en las obras a realizarse antes de dar por resuelta la adjudicación de obras licitadas, y que de esta manera el proceso se haga con mayor transparencia y mejor participación de las organizaciones de la sociedad civil, indicó la organización.