Ciudad de México. Durante los primeros dos años de vida es fundamental la alimentación adecuada y el cuidado de la nutrición de niños con Síndrome de Down, ya que a causa de los problemas de salud que padecen, consumen productos de baja calidad nutricional y en menor cantidad, sostuvo la especialista del Instituto Nacional de Pediatría (INP), Tania Vargas, en el contexto del Día Mundial del Síndrome de Down este 21 de marzo.
Precisó que seis de cada diez personas que atienden en la clínica están en riesgo de padecer desnutrición, que puede iniciar en la lactancia y durante el periodo de alimentación complementaria, algunos de ellos presentan problemas neurosensoriales y rechazan los alimentos, sobre todo cuando detectan cambios de texturas de la papilla a alimentos sólidos.
Después pueden enfrentar mayor riesgo de sobrepeso por inadecuados hábitos alimenticios, sedentarismo, hipotiroidismo y altos niveles de la hormona de la saciedad llamada leptina, que ocasiona que siempre tengan hambre, explicó en un comunicado de la Secretaría de Salud.
Explicó que las consecuencias en la salud de la alimentación inadecuada son la falta de concentración y de aprendizaje; problemas osteomusculares y cardiovasculares; desregulación hormonal, alteraciones en la piel, depresión, dislipidemia o concentración elevada de lípidos, lo que incluye colesterol y/o triglicérido; hígado graso, depresión y pubertad acelerada, entre otros.
Por su parte el investigador del Laboratorio de Diagnóstico Genómico del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen), Leonardo Flores Lagunes, explicó que las personas con síndrome de Down tienen de 150 a 400 veces más riesgo de desarrollar leucemia mieloide aguda. Otros problemas hematológicos frecuentes son la mielopoyesis anormal transitoria y la leucemia aguda megacarioblástica, formas particulares de desórdenes de la médula ósea que requieren un análisis genómico para su mejor clasificación y tratamiento.