Ciudad de México. Toyota ha informado que ha suspendido operaciones en Rusia y Ucrania, principalmente debido a los riesgos que corre el personal involucrado con los servicios que presta en ambas naciones.
Además de la plantilla activa en los 168 puntos de venta a lo largo y ancho del país, la planta inaugurada en 2016, ubicada en San Petersburgo ha dejado de operar a partir del 4 de marzo; en esas instalaciones laboran aproximadamente 2 mil 600 colaboradores internos, sin mencionar los empleos indirectos que esto impacta.
En esta factoría, la firma japonesa ensambla dos de sus vehículos de mayor desplazamiento a nivel global –Camry y RAV4–; sin embargo, la mayoría de la producción que de ahí sale, tienen como destino el mercado doméstico, cifra que ronda las 80 mil unidades con base en los resultados que reportaron al cierre de 2021; volumen corresponde apenas a una fracción de los 10.5 millones de vehículos producidos entre todas sus factorías alrededor del mundo.
A pesar de no contar con fábricas en Ucrania, de igual manera, la marca ha decidido parar cualquier actividad desde el 24 de febrero en los 37 distribuidores, fecha en la que comenzaron los ataques que el presidente ruso, Vladimir Putin, lanzó contra ese país.
"Toyota continúa monitoreando los eventos en Ucrania con gran preocupación por la seguridad de la gente en ese país y espera un regreso seguro a la paz lo antes posible", indicó el grupo en un comunicado.
"Nuestra prioridad en la gestión de esta crisis es garantizar la seguridad de los miembros de nuestros equipos, de nuestro personal de ventas y nuestros socios", añadió.
A pesar de que, otro de los motivos sobre el paro en operaciones se debe a la afectación en la cadena de suministro, Toyota confirmó que las actividades de manufactura, venta y postventa, se mantienen de manera regular en el resto de Europa.