Washington. Un hombre de Alabama perteneciente al grupo ultraderechista Oath Keepers se declaró culpable este miércoles de conspiración sediciosa por sus acciones antes y durante la revuelta del seis de enero de 2021, convirtiéndose en el primer involucrado en el violento ataque al Capitolio federal en ser declarado culpable por este cargo, el cual rara vez es utilizado.
La directriz para emitir sentencia para Joshua A. James, quien también se declaró culpable de un cargo de obstrucción de un procedimiento oficial, se calcula que oscila entre siete años y tres meses a nueve años en prisión.
James, de 34 años y residente de Arab, Alabama, reconoció haber participado en un altercado físico con un agente de policía dentro del Capitolio y formar parte de un plan para usar la fuerza con el objetivo de obstaculizar o demorar la transferencia del poder presidencial. El acusado también accedió a cooperar con las autoridades que investigan los disturbios, incluyendo dar su testimonio ante un jurado investigador.
Las autoridades aseguran que James y otros miembros del grupo llegaron al Capitolio en carritos de golf, se movilizaron entre la multitud en una formación estilo militar e ingresaron al recinto.
James fue acusado de abrirse paso por la fuerza entre los agentes policiales que intentaban impedir que los inconformes avanzaran hacia la Rotonda del Capitolio, uniéndose a otros que confrontaron a la policía y aseguraban que el edificio les pertenecía. Una semana antes de la insurrección, James escribió en un chat encriptado que creía que los equipos del grupo de milicianos estaban armados adecuadamente, señalaron los fiscales en registros de la corte.
Si bien otras cuatro personas relacionadas a los Oath Keepers se han declarado culpables de obstrucción al Congreso y de un cargo menor de conspiración, James es el primero de los 11 allegados a la agrupación en admitir su culpabilidad por el cargo de conspiración sediciosa.
El procesamiento por conspiración sediciosa es el intento público más atrevido hasta ahora por parte del gobierno para enjuiciar a quienes participaron en el ataque al Capitolio federal. El fundador del grupo, Stewart Rhodes, y otros se han declarado inocentes de conspiración sediciosa y otros cargos. Una condena por conspiración sediciosa conlleva una pena máxima de 20 años en prisión, en comparación con los cinco años de cárcel por el cargo menor de conspiración que enfrentan otros miembros del grupo.
Aquellos con cargos de conspiración sediciosa están acusados de trabajar en conjunto para usar la fuerza con el fin de impedir la transferencia pacífica del poder presidencial. Según las autoridades, los participantes conversaron sobre sus planes en chats encriptados, viajaron a la capital del país desde distintos puntos, se organizaron en equipos, usaron tácticas militares, introdujeron armas en caso de que sintieran que eran necesarias, y se comunicaron entre sí durante la revuelta del seis de enero.