Con la realización de la XXXIII- XXXIV Feria del Libro de Ocasión se concretó la frase “No hay cita que no llegue ni plazo que no se cumpla” escrita en el perfil del coordinador de la Coalición de Libreros, César Sánchez.
La calle de Doctor Mora, entre las avenidas Hidalgo y Juárez, en el costado poniente de la Alameda Central es el escenario de ésta muestra bibliográfica, la cual, ha reunido a 80 libreros de viejo a partir del 23 de febrero y estarán hasta el 6 de marzo en esos rumbos de la Ciudad de México.
Esta vez se contabilizan dos emisiones de esta actividad librera en una sola; los motivos son de sobra conocidos, pero César Sánchez los detalla “No queremos brincarnos la del año pasado y, por eso, para contribuir a la memoria colectiva hacemos mención de dos ferias del libro, en un solo evento y en nuestro folleto que distribuimos entre los asistentes, resaltamos que tenemos un tiempo perdido y que no hubo continuidad.
Esto queda registrado en la publicación que obsequiaremos este año y que tiene doble contenido: uno, cubre el año de la llegada de la pandemia y el otro señala su crisis y la vacunación con textos y fotos referentes a los sucesos.”
A propósito de la celebración de esta feria del libro del 2022, Sánchez, quien encabeza este colectivo, relata “Hace 34 años, nosotros nos congregábamos en el Callejón de la Condesa y, esa fecha, la tomamos como punto de partida. Yo me integré como al segundo año de que se pusieron allí; era un acto improvisado, festivo, alrededor de la Feria del Palacio de Minería. Todos éramos jóvenes. Ahora todos rebasamos los 60 años.
Era agradable, interesante, porque a pesar que estábamos en el piso, eran buenos tiempos; los vendedores de libros tenían preparación, oficio, ganas de estar allí; de hecho, había trabajadores de la UNAM, e investigadores vendiendo libros.
Ese era uno de los atractivos en el Callejón de la Condesa para el público lector. Con el tiempo, nosotros recatamos la tradición de no ser una Feria Alternativo a la de Minería; suprimimos eso de ‘alternativa’ para ser complemento y con una oferta de libros que no trabajan las editoriales o que no se vuelven a reedita nos hicimos de nuestro público.”
Sánchez reconoce que los lectores siempre asumen que el libro de viejo es más barato y por eso recurre al librero de viejo quien además oferta libros que son codiciados por coleccionistas y ediciones descontinuadas. Al respecto César señala “Las editoriales venden el producto como vender mercancía de moda. Entonces, de repente, hay libros que sin ser unas joyas literarias o históricas o coleccionables, la gente los busca, como Sybil, libro que sólo lo encuentran con nosotros. No se diga de libros de siglos de pasados; esa es la razón de ser de la Feria del Libro de Ocasión, del libro viejo.
Sin olvidar que hay todo un trabajo de recolección, de acopio de material que no está en el mercado.
Además, si nosotros no interviniéramos, pues muchos libros irían al kilo. Rescatar libros de la hoguera es la tarea de un librero de viejo que se respete. Le apostamos, le invertimos y los tenemos.
En nuestros exhibidores han estado el libro de Porfirio Díaz que trae el escudo de metal en la portada, El ferrocarril mexicano, Arquitectura mexicana de Kubler que no se conseguía –ahora ya hay una reedición- de ese tipo de joyas hablamos; libros de fotografía de Hugo Brehme, de Guillermo Kahlo que son libros cotizados y no alcanzan precios tan bárbaros; otro ejemplo es la antología de Historia de México de Zamacois, sólo que ahora, el problema es encontrar la colección completa –son, creo 17 tomos. De ese tipo de joyas hablamos en las ferias del libro de viejo.”
No obstante, dada las circunstancias hay prioridades; Sánchez las pone sobre la mesa “Nuestro objetivo en esta ocasión es que esta Feria del Libro de viejo sea una actividad comercial que nos permita, a todos los libreros de viejo, resarcirnos en esta muestra especializada; todo mundo está sobreviviendo, inventando ofertas, apelando a la solidaridad de sus clientes.
Entonces, para nosotros, en esta ocasión el objetivo es que todos vengan a reponerse económicamente para seguir en circulación como librero. Dos años de no trabajar suena exagerado, pero esa es la situación.” Resalta César Sánchez, quien bajo este nombre tiene su perfil en Facebook para dar informes.