Ciudad de México. La tecnología ha venido ganando cada vez más centralidad en nuestras vidas, tanto en el ámbito privado como en el laboral, y este proceso ha tenido un impulso importante desde la pandemia. Sin embargo, así como hay sectores que son protagonistas de la revolución digital, hay otros que presentan más resistencia, y hasta ven a la tecnología como una enemiga. Pero esto puede cambiar.
En México hay cerca de 200,000 empresas de autotransporte de carga, de las cuáles y según datos de la Secretaría de Comunicación y Transporte, el 97.3% pertenece a los llamados “hombres camión” (empresas pequeñas e independientes conformadas por hasta 5 unidades), que han permanecido ajenas a la tecnología por creer que es algo que sólo concierne “a las grandes empresas”.
Después de la pandemia, el Complemento Carta Porte —en vigencia desde enero de 2022— vino a poner en evidencia la urgencia de digitalizar el sector y la necesidad de “hacer las paces” con la tecnología. Todos aquellos que presten servicios de paquetería, mensajería, grúas de arrastre, traslado de fondos, valores, materiales o residuos peligrosos, deberán incorporarla al momento de expedir el Comprobante Fiscal Digital por Internet (CFDI), es decir, antes de emprender cada traslado.
Alex Theissen, presidente de la Asociación Nacional de Transportistas Privado señaló que el 80% de las empresas transportistas podrían quedar fuera de circulación al incumplir con el requisito de los trámites digitales, ya que el mismo implica una nueva inversión económica y de tiempo para gran parte del sector.
Pero toda crisis puede ser vista como una oportunidad. “Si bien esta obligatoriedad de la Carta Porte puede parecer problemática y complicada en un comienzo, lo cierto es que empuja a los transportistas a conocer tecnologías que van a ayudarlos no solo a solucionar este problema, sino a mejorar la administración de sus negocios, dándoles mayores posibilidades de crecimiento”, asegura Jaime Tabachnik, CEO de Solvento.
En efecto, en la actualidad existen plataformas como Solvento que nacieron pensando en ser una alternativa para los emprendedores del sector transporte. Su apoyo está orientado no sólo a la obtención sencilla y segura del Complemento Carta Porte, sino también a la gestión de las facturas y la puesta a disposición de la liquidez necesaria para continuar operando pese a los tiempos de pago del cliente.
“A través de una tecnología amigable y accesible que ponemos a disposición de los transportistas, se puede generar el complemento Carta Porte en apenas un par de minutos. Sabemos que no cumplir con este requisito puede derivar en multas que pueden superar los 14,000 pesos, una cifra muy alta especialmente para un sector con problemas de liquidez”, añade Tabachnick.
Generalmente, el hombre camión suele hacer todo: administra, factura, cobra y opera, lo que implica dificultades y escasez de tiempos para mejorar la gestión administrativa. Y el Complemento Carta Porte podría duplicar las tareas administrativas. Por eso, soluciones tecnológicas como Solvento ayudan a disminuir el tiempo invertido en labores de facturación, administración y cobranza y les dan espacio para pensar estrategias que los impulsen a hacer crecer su negocio.
“Nuestra solución digital busca ser una aliada para los transportistas. A través de una interfase de fácil uso, podemos acercar a los hombre-camión a la tecnología y ayudarlos a simplificar sus procesos para concentrarse en sus operaciones. Una vez que van aprendiendo cómo digitalizarse, comienzan a caer las resistencias y se pueden ver los beneficios de la aplicación de la tecnología en el sector”, agrega el CEO de Solvento.
La resistencia a la innovación por parte de estos transportistas debe combatirse con educación y con herramientas amigables que los acerquen a las nuevas tendencias, ya que sin el uso de tecnología correcta, el hombre camión pierde hasta un 50% de ahorro en comparación con las nuevas aplicaciones de logística y distribución. “Hoy los hombres camión corren con desventaja frente a las apps que nacen en una base digital, por lo que no hay mucho tiempo para pensar si subirse o no a la digitalización”, concluye Tabachnik.