Madrid. Iberdrola, la principal empresa eléctrica de España y con ramificaciones en varios países del mundo, incluido México, logró unos resultados históricos el año pasado, con un beneficio neto récord de tres mil 885 millones de euros (93 mil 250 millones de pesos).
Las ganancias de la multinacional ibérica se obtuvieron además en un año especialmente complicado para la inmensa mayoría de la población española, que ha sufrido un encarecimiento sin tregua del precio de la electricidad, lo que ha provocado un incremento sin precedentes de la llamada “pobreza energética”; es decir, que cada vez más ciudadanos son incapaces de pagar los altos precios de la luz para hacer cosas básicas como utilizar la calefacción de su casa o hacer uso de utensilios de cocina como el horno, el lavavajillas o la plancha.
Iberdrola nunca antes había tenido unas cuentas tan holgadas ni había tenido tanta liquidez en sus cuentas bancarias para afrontar sus proyectos de expansión por el mundo y cumplir con sus créditos bancarios. Así lo reflejan los resultados de 2021, que hicieron públicos a través de un comunicado de prensa en el que además incorporaron algunos fragmentos del encuentro privado que mantuvo su presidente, Ignacio Sánchez Galán, con inversionistas. A diferencia de otros años y de la mayoría de las empresas del sector, el máximo responsable de Iberdrola no presentó ante los medios de comunicación estos resultados, en parte por los numerosos problemas judiciales que tiene abiertos en España, sobre todo el que se refiere a las prácticas ilegales de espionaje y coacción perpetradas por la compañía contra otras empresas competidoras, contra líderes políticos y periodistas, además de activistas en defensa del medio ambiente que cuestionaban sus proyectos en parajes protegidos.
Según la información facilitada por Iberdrola, que tiene su sede central en la ciudad vasca de Bilbao, Iberdrola realizó inversiones el año pasado por valor de nueve mil 940 millones de euros, que se destinaron sobre todo al desarrollo de nueva capacidad renovable y a redes inteligentes en Estados Unidos (28 por ciento) y España (24 por ciento). Mientras que los beneficios netos se incrementaron hasta 8 por ciento en comparación con 2020, al lograr tres mil 885 millones de euros en 2021 debido sobre todo a sus negocios “en Estados Unidos y Brasil”. Así lo advierten la empresa eléctrica, que “con más de 70 por ciento de los ingresos generados en países con una solvencia crediticia A, el flujo de caja crece un nueve por ciento, hasta los ocho mil 914 millones y una liquidez disponible alcanza los 19 mil 500 millones. La compañía se consolida como referente mundial en financiación sostenible y verde, al situarse en los 38 mil 800 millones de euros”.
Las previsiones para el próximo año, en el que también se prevén altos precios de la electricidad y los hidrocarburos, Iberdrola superaría los cuatro mil 200 millones de euros de beneficio, con lo que obtendría por segundo año consecutivo unas ganancias de récord.
El resultado bruto de explotación del grupo superó los 12 mil millones de euros el año pasado, lo que supone un crecimiento de 20 por ciento.
El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, explicó que “la aceleración de las inversiones nos permite crecer a un ritmo superior al previsto. Estos resultados reflejan el éxito de un modelo sostenible y nos animan a seguir trabajando hacia una economía baja en carbono”. El directivo también quiso contextualizar estos resultados, al asegurar que llegan en un momento de altos precios mayoristas de la electricidad en España y en el Reino Unido, otro de sus grandes mercados. “Estos precios no se pueden combatir con intervenciones”, aseguró Galán, que se ha mostrado muy beligerante con los gobiernos, como ha sido el caso del español, presidido por Pedro Sánchez, cuando han intentado regular sus altísimos beneficios o intervenir el mercado para evitar la espiral al alza de los precios que está provocando tantos problemas en el tejido social. A juicio del empresario español, “estas intervenciones pueden tener efectos indeseables, cuando ese tipo de medidas no funcionan, no se benefician ni las empresas, ni los clientes ni los contribuyentes, que tienen que afrontar el coste. Por lo tanto este tipo de herramientas terminan perjudicando tanto a clientes, como a empresas y ciudadanos”, aseguró.