Ciudad de México. México tiene “una perspectiva difícil para 2022”, pues el país no tiene un motor de crecimiento en un contexto en donde la narrativa del gobierno federal es tener como enemigo a la iniciativa privada, consideró Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México (BdeM).

En el primer foro en línea de la 19 Cumbre de Negocios, Guillermo Ortiz Martínez, asesor senior y miembro del Consejo en BTG Pactual y ex gobernador del banco central mexicano, consideró que la reforma eléctrica puede hacer que se desaproveche la oportunidad de nearshoring o relocalización de las empresas en la cadena de suministros.

Heath resaltó que “2021 no fue buen año para México en términos de actividad económica”, pues las exportaciones —el único motor que jalaba la economía— disminuyeron el ritmo observado que tenía en 2020 a partir del primer trimestre del año pasado.

Subrayó que más allá de etiquetar si la economía está en recesión, “lo que sí tenemos muy claro es que la economía ha estado estancada”.

Consideró que la falta de estímulos fiscales, los rebotes de contagios por Covid-19 —incluida la cuarta ola de ómicron— y la reforma a la subcontratación han influido en la evolución de la actividad económica. “Nos pone en 2022 en una situación bastante difícil”, sobre todo a las actividades terciarias, que representa dos terceras partes del producto interno bruto (PIB).

Añadió que el gran ausente ha sido la inversión privada, la cual se desplomó en 2020, luego de que en 2015 llegó a su mayor nivel y en 2021 tuvo un crecimiento mediocre al terminar muy por debajo de los niveles que tenía antes de la pandemia.

Sin hablar por el resto de los integrantes del BdeM, Heath señaló que tienen un reto en política monetaria y “preocupación por no tener una postura monetaria demasiado restrictiva hacia fin de año, con una economía todavía muy frágil, una recuperación prolongada difícil y heterogénea”.

Destacó que en materia económica México tiene puesta la mesa, pero para aprovechar las oportunidades del nearshoring se necesita cambiar la narrativa política.

“El problema es la narrativa política, tenemos un gobierno que está viendo al sector privado como el enemigo y si el gobierno ve al sector privado como el enemigo a vencer, pues obviamente no se van aprovechar estas oportunidades y no se va a ver el despegue de la inversión privada que es algo fundamental para poder crecer”, dijo.

Apuntó que el diálogo que mantiene el sector privado con el gobierno son “monólogos desentendidos” en los que ningún actor escucha al otro, por lo que eso debe cambiar.

Ortiz Martínez consideró que el nearshoring puede ser “una palanca adicional importante de crecimiento en el corto y mediano plazo”, pero México carece de una política que incentive y existe incertidumbre con las reformas propuestas, como la eléctrica, dado que es un insumo fundamental para la operación de las empresas, por lo que la iniciativa es un “freno para planes de inversión de empresas multinacionales y de empresas mexicanas”.

Ortiz Martínez reconoció que un mayor estímulo fiscal no se está traduciendo en un mayor crecimiento, pues en el caso de México el hecho de no haber proporcionado mayores estímulos fiscales ha tenido un lado positivo, pues no ha crecido la deuda pública en relación con el PIB, como en Brasil y Colombia que se aproxima a 90 y 60 por ciento, respectivamente.

Fausto Costa, presidente ejecutivo de Nestlé México, reconoció que México mantiene estabilidad macroeconómica, por su conservadurismo en materia de gasto público en la administración, pero su economía es débil por la disminución en el ritmo de las exportaciones y el consumo interno no se ve bastante fortalecido.

Sin embargo, comentó que existe incertidumbre por tantas reformas hechas en los últimos años, lo que hace que el capital sólo espere para huir.