Brasilia. La Cámara de Diputados brasileña aprobó este miércoles un polémico proyecto de ley que flexibiliza el control y la aprobación de agrotóxicos en Brasil, llamado por sus opositores “PL del Veneno”, y cuyos sus impulsores promueven como modernizador del poderoso sector agrícola.
La iniciativa, que se tramita desde 2002, obtuvo 301 votos de apoyo contra 150 y dos abstenciones, y todavía debe tener el visto bueno del Senado para poder convertirse en ley. Una comisión especial de la Cámara Alta autorizó el proyecto en 2018.
La aprobación fue lograda con el respaldo de aliados del gobierno del presidente Jair Bolsonaro, que ha impulsado desde su ascenso en 2019 una serie de proyectos favorables a la agro industria, muy cuestionados por ambientalistas.
La propuesta flexibiliza las reglas de uso de los agrotóxicos en Brasil, denominación que se modifica por “pesticidas”, y otorga al Ministerio de Agricultura el poder de autorizar nuevos productos, un proceso que actualmente incluye a la Agencia de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) y al Instituto Brasileño de Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama).
El proyecto estuvo parado hasta que en diciembre pasado el presidente de la Cámara, Arthur Lira, solicitó votarla de urgencia, cosa que se concretó el miércoles.
Ambientalistas advierten que el texto, si termina saliendo adelante, puede acarrear riesgos para la salud, pues eliminará evaluaciones necesarias para calcular el impacto en las personas y el medioambiente.
Sus defensores aseguran, en cambio, que su aprobación permitirá aumentar la producción, bajar los precios de los alimentos y traer más seguridad alimentaria en Brasil.
El diputado Diego Andrade (PSD-MG) señaló que Brasil necesita de los “defensivos (agrícolas), como precisa la vacuna, que también son un remedio”, según la Agencia de noticias de la Cámara.
Los diputados detractores aseguran que pondrá “más veneno en la mesa de los brasileños”.
El líder de la oposición, el diputado Alessandro Molon (PSB-RJ), sostuvo que la iniciativa tendrá consecuencias “irreversibles” en la salud de la población, y acusó al gobierno de Bolsonaro de “negligencia”.
“Están liberando el veneno para colocarlo en el plato”, dijo, afirmando que, de ser ley, productos que causan cáncer dejarán de ser considerados tóxicos.
La organización ambiental Greenpeace reafirmó la postura que ya había expresado contra el proyecto el año pasado cuando la votación era inminente: “El gobierno de Bolsonaro y los diputados ruralistas están (...) optando por un modelo de producción agrícola que enferma, deforesta y mata”.