El Cairo. Una batalla que se libra desde hace un año por la estratégica ciudad yemení de Marib ha dejado alrededor de 100 mil desplazados, dijo la ONG internacional Oxfam este martes.
La advertencia resaltó cómo la lucha por Marib ha empeorado una ya de por sí grave situación humanitaria para los desplazados, muchos de los cuales han huido múltiples veces de los combates en otras partes de un país devastado por la guerra, apuntó Oxfam.
Los rebeldes hutíes, que cuentan con el respaldo de Yemen, lanzaron una ofensiva en febrero del año pasado para capturar Marib, tomando también la provincia homónima circundante, y llegaron a las afueras de la ciudad con el objetivo de completar su control del norte del país.
Pero sus esfuerzos fracasaron a principios de año cuando las fuerzas gubernamentales de Yemen, apoyadas por los ataques aéreos de la coalición liderada por Arabia Saudita, y sus aliados respaldados por Emiratos, conocidos como las Brigadas de los Gigantes, les hicieron retroceder y retomaron grandes zonas entorno a la urbe, incluyendo el segundo mayor distrito de la provincia.
“La gente de a pie que ha buscado refugio en un lugar en su día se describió como un oasis de calma se ha convertido en un daño colateral en un prolongado conflicto”, afirmó Muhsin Siddiquey, director de Oxfam en Yemen.
Según el grupo, en enero al menos 43 ataques aéreos alcanzaron objetivos civiles, incluyendo viviendas y granjas, en la provincia. Las minas antipersona, los dispositivos explosivos improvisados y los bombardeos también alcanzaron a civiles en Marib. Ocho personas murieron a causa de las minas antipersona solo en enero, frente a las cinco del año pasado, agregó.
“Se ha asesinado a niños mientras cuidaban a animales en las granjas e incluso recolectar leña puede ser letal. Estoy especialmente preocupado por los reportes de que no se han guardado registros de dónde están las minas antipersona”, afirmó Siddiquey.
La provincia de Marib ha acogido a alrededor de un millón de desplazados — una cuarta parte de la cifra total de personas que se vieron obligadas a abandonar sus casas — de los cuales el 80% eran mujeres y niños, según Naciones Unidas. Las autoridades locales elevaron el dato a cerca de dos millones.
A medida que se intensificaban los combates, los hutíes reforzaron los ataques transfronterizos contra Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
En otras partes de Yemen, las fuerzas gubernamentales y sus aliados están cerca de completar la toma del distrito de Harad, en la región costera de Hajjah que limita con Arabia Saudí. Esto permitiría la reapertura del cruce fronterizo de al-Tawal, el mayor entre las dos naciones, que está cerrado desde 2015.
La guerra en Yemen, el país más pobre del mundo árabe, comenzó en 2014 cuando los hutíes tomaron la capital, Saná, y gran parte del norte, obligando al gobierno a huir al sur antes de su exilio a Arabia Saudí. La coalición saudí, que entonces contaba con el apoyo de Estados Unidos, entró en el conflicto en 2015 para tratar de restaurar al gobierno reconocido internacionalmente en el poder.
Desde entonces, el conflicto ha dejado decenas de miles de muertos, tanto combatientes como civiles, y causó la mayor crisis humanitaria del mundo.