Pekín. Nueva Zelanda hizo historia este domingo en Pekín 2022 al ganar el primer oro en unos Juegos Olímpicos de Invierno, con el triunfo de Zoi Sadowski-Synnott en slopestyle femenino, una disciplina de snowboard.
Aunque a la neozelandesa le robó protagonismo el viento, causante del aplazamiento al lunes de la final masculina de descenso, la prueba reina del esquí alpino y de los Juegos.
Con una actuación casi perfecta de 92.88 puntos en su tercera y última tentativa, Sadowski-Synnott, enteramente vestida de negro, superó al final a la estadunidense Julia Marino (87.68 puntos) y a la australiana Tess Coady (84.15).
La neozelandesa había ganado, con solo 16 años, un bronce en big air (gran trampolín) en los Juegos de Pyeongchang 2018 hace cuatro años.
“Estoy muy orgullosa de haber mostrado de lo que somos capaces los 'Kiwis'” afirmó la ganadora, en el día de la fiesta nacional de su país.
“Sabía que si lograba la carrera que tenía en mente podía pensar en el oro. Es la mejor actuación de mi carrera”, admitió Sadowski-Synnott, que ha ganado ella sola la mitad de las medallas de su país en 24 ediciones de los Juegos de Invierno.
Invicta desde la entrada del slopestyle (un descenso acompañado de saltos y de obstáculos metálicos) en el programa olímpico en 2014 en Sochi, la estadunidense Jamie Anderson, de 31 años, solo pudo ser novena.
En esquiatlón masculino, donde se esperaba un posible triunfo noruego, en lo que sería el tercer oro del pequeño país escandinavo en Pekín, se dio un doblete ruso.
El duelo entre las dos estrellas de la especialidad, el noruego Johannes Hoesflot Klaebo y el ruso Alexander Bolshunov se decantó claramente para el segundo, logrando a sus 25 años el primer título olímpico de su carrera, tras tres platas y un bronce en Pyeongchang 2018.
Bolshunov entró delante de su compatriota Denis Spitsov y del finlandés Iivo Niskanen. Klaebo solo ocupó el puesto 40, a más de nueve minutos del vencedor.
En salto de trampolín normal, la victoria fue para Ryoyu Kobayashi, quien a sus 21 años, se convirtió en el tercer japonés en subir a lo más alto del podio olímpico en este deporte.
En esquí acrobático, en la especialidad de moguls, la victoria se la llevó la australiana y gran favorita Jakara Anthony.
En patinaje de velocidad, no hubo milagro para el legendario holandés Sven Kramer, ganador de los tres anteriores títulos olímpicos en la distancia de 5 mil metros, tras terminar noveno en su distancia predilecta.
El título fue para el sueco Nils van der Poel, delante de Patrick Roest, de Países Bajos.
En la última final de la jornada, el alemán Johannes Ludwig se hizo con el oro en la prueba masculina de luge.
Ludwig logró de esta forma la tercera medalla olímpica de su carrera, después de haber ganado el bronce en la prueba individual y el oro en el relevo por equipos hace cuatro años en Pyeongchang.