Ciudad de México. En los años previos a la pandemia, en México 7 de cada 10 automóviles comercializados eran importados, pero esa relación se rompió, de ahí la falta de unidades disponibles en las agencias y por consecuencia, la baja en ventas.

Todas las fábricas de vehículos en el mundo se vieron afectadas por los problemas de salud derivados de la pandemia por COVID-19, y por el desabasto de semiconductores para la producción de microprocesadores empleados en la fabricación de diferentes componentes de los autos ensamblados, por lo que esos volúmenes de vehículos dejaron de llegar prácticamente a todos sus destinos, incluido México.

Y aún cuando México tiene la capacidad de producir más de 5 millones de vehículos al año, alrededor del 80% y 90% se exporta a los diversos mercados internacionales; es por esto que las fábricas de vehículos en este país tiene como fin principal, las exportaciones.

Y no por el hecho de contar con esas fábricas, se puede decir que México tiene prioridad para su mercado doméstico, ya que las marcas destinaron gran parte de sus volúmenes de producción a destinos  internacionales, como es el caso de Estados Unidos y Europa; así lo declaró en entrevista Gerardo Gómez, director general de la firma consultora JD Power.

Actualmente es difícil precisar cuántas unidades fueron importadas, entre el total de las ventas en México registradas el año pasado. Lo que sí puede afirmarse, es que por la falta de microchips, dejaron de venderse varios cientos de miles de unidades, y con ellas, las ventas seguramente podrían haber rebasado la cifra de un millón 14 mil 680 operaciones registradas año pasado.

Es así que, el panorama observado en 2021, seguirá por lo menos a lo largo del primer semestre de 2022; sin embargo, habrá cierta recuperación a partir de junio, pero será muy lenta. Y a pesar de ello, la proyección de ventas para el cierre de este año, se calcula en un millón 63 mil unidades, representando un ligero crecimiento del 5.0% respecto al año anterior.

“La producción en este sentido, seguirá moviéndose a conveniencia de las marcas, esto significa que cada firma destinará su producción a los principales mercados internacionales, y en cambio, los países emergentes como México seguirán en espera de vehículos”, precisó el entrevistado.

“Por el contrario, marcas como Nissan que destinan entre el 20% y 25% de su producción a México, han demostrado una rápida reacción a la demanda; de ahí su primer lugar en ventas”, agregó.

La capacidad de producción se aprovechará más este año; se armarán 3.4 millones de vehículos.

Actualmente la capacidad de producción de las diversas fábricas de autos en México, es de más de 5 millones de unidades, sin embargo, en 2016, como uno de los períodos pico, se llegó al 90% del alcance máximo; en contraste, en 2020 fue de 66%; y el año pasado se ubicó en 59%.

Capacidad de producción, que si bien ha incrementado por el ingreso de las nuevas fábricas que han llegado en los últimos 5 años, las establecidas previamente, la han ido reduciendo.

Para el cierre de 2022 se espera llegar a 3.4 millones de vehículos fabricados en México, superando los 3 millones de unidades del año pasado, y así alcanzar el 75% de esa capacidad para 2024.

“Por lo pronto, no se vislumbra la llegada de más fábricas de grandes volúmenes para México en el corto plazo, no obstante, sí podría haber más inversiones para la producción de los nuevos modelos”, dijo Gerardo Gómez.

“Paralelamente se ha registrado escasez en inventarios de las agencias de autos, los pocos que hay han mostrado un alza de precios, hasta de un 8.0% en promedio (según datos de la AMDA), producto del incremento de costo en los embarques y otras materias primas. Y seguramente se mantendrá esta tendencia”, finalizó el ejecutivo de JD Power.