Londonderry. Cincuenta años después de que los soldados británicos mataran a 13 manifestantes, una marcha honró este domingo la memoria de las víctimas del Domingo Sangriento, uno de los días más oscuros de la historia reciente del Reino Unido.
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Siguiendo el mismo recorrido de la manifestación pacífica por los derechos civiles que terminó con un derramamiento de sangre el 30 de enero de 1972, esta marcha reunirá, entre otros familiares de las víctimas, y va a concluir con una ceremonia frente al monumento en honor a los muertos de la matanza.
El primer ministro irlandés, Micheal Martin, tiene previsto depositar un ramo de flores allí.
"Estoy aquí para honrar a la gente a el Estado británico mató", declaró a la AFP Michael Roach, un texano de 67 años con raíces irlandesas. "No habrá justicia hasta que los paracaidistas comparezcan ante la justicia por asesinato".
Por la tarde se convocó otra manifestación, en las calles de Derry -apelación que los habitantes prefieren, en lugar del nombre oficial de Londonderry, que ven como una muestra de la dominación británica-, coincidiendo con la hora en la que los paracaidistas del primer batallón abrieron fuego contra los manifestantes católicos.
Entonces, el 'Bloody Sunday' ("Domingo Sangriento") empujó a muchos jóvenes católicos republicanos a abrazar el IRA (Ejército Republicano Irlandés), un grupo paramilitar opuesto a que los británicos estén presentes en la isla de Irlanda.
Hubo que esperar a 1998, cuando se firmó el acuerdo de paz del Viernes Santo, para poner fin a tres décadas de un conflicto que dejó 3 mil 500 muertos.
El ejército británico afirmó que los paracaidistas respondieron a los tiros de los "terroristas" del IRA, una versión que más tarde apoyaría un informe realizado a toda prisa en las semanas siguientes.
Pero, a pesar de todos los testimonios que contradijeron esa versión, hasta 2010 no se reconoció oficialmente la inocencia de las víctimas, a algunas de las cuales se les disparó por la espalda o incluso estando en el suelo, agitando un pañuelo blanco.