Buenos Aires. El presidente argentino Alberto Fernández, anunció ayer que su gobierno logró un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la renegociación de la deuda adquirida de forma irregular por el gobierno anterior. El mandatario señaló que no se condiciona el crecimiento del país y “podemos ejercer nuestra soberanía y llevar adelante nuestra política de crecimiento, desarrollo y justicia social”.
“Teníamos una soga al cuello, una espada de Damocles y ahora tenemos un camino que podemos recorrer”, aseguró Fernández quien informó que enviará el documento del acuerdo al Congreso de la nación para su consideración, y advirtió que “necesitamos que apoyen este convenio y apelo así al compromiso nacional de todos y todas”.
De acuerdo a lo que firmó el ex presidente Mauricio Macri en 2018, sin aprobación del Congreso, para un préstamo de 57 mil millones de dólares de los cuales el FMI entregó 44 mil millones en 2019 que aparecen como fugados del país. El crédito leonino implicaba pagar intereses a partir de finales de 2021 y a lo largo de este año, con pagos millonarios cada mes que el FMI sabía serían imposibles de pagar.
Macri ya había endeudado al máximo al país con otros acreedores por casi 80 mil millones de dólares, y recurrió al FMI cuando, ya había entrado en cesación de pagos de la deuda, tal como lo recibió el gobierno actual.
Fernández recurrió a explicar a diversos gobiernos en el mundo la situación de Argentina y a reestructurar la deuda, y comenzó una larga negociación con el FMI en la que se destacó el ministro de Economía Martín Guzmán, quien trabajó con el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz. Desde el principio se estableció que se iba a negociar sin disminuir el gasto social, ni se aceptarían ajustes ni los términos impuestos por el Fondo con respecto a las reformas laborales y jubilatorios.
Incluso el FMI reconoció que otorgó el préstamo a Macri violando sus propios estatutos, cuando Christine Lagarde era presidenta del organismo; que admitió que se destinó la suma más grande entregada a un país para tratar de que Macri fuera relecto presidente en 2019.
Recientemente, Stiglitz destacó la recuperación económica de Argentina, tras enfrentar la pandemia a sólo tres meses de la llegada al gobierno del peronista Frente de Todos en diciembre de 2019, gracias a las políticas de Guzmán.
Stiglitz llegó a comparar la situación argentina con la de Estados Unidos y señaló que con muchos menos recursos el gobierno argentino ejecutó políticas “para fortalecer la economía real” del país que, dijo, ha tenido una recuperación notable en los últimos dos años. Además se expresó en favor del reclamo argentino para eliminar las sobretasas que impone el FMI, en una columna en Project Sindicate.
El analista Mario Wainfield escribió ayer en Página 12 que “la deuda que dejó Macri es injusta e impagable y sigue ahí. No se adoptó una solución óptima sino la menos peor” destacando las palabras del presidente y de Guzmán que, desde su punto de vista, transmitieron“satisfacción alivio” ante una situación sin salida
Wainfield reconoció que las metas son pesadas y que se alcanzaran solo si hay crecimiento y se mejora la asignación del gasto. Dijo que persiste la deuda de 44 mil millones de dólares.
La titular del FMI Cristalina Giorgeva, compartió un comunicado del organismo que confirma el acuerdo de facilidades extendidas suscrito con el gobierno argentino y aclaró que este nuevo entendimiento para renegociar la deuda de 44 mil millones contraída durante el macrismo permitirá una mejora “gradual y sostenible de las finanzas públicas” que incluirá la “reducción de subsidios a la energía de manera progresiva”. Precisó que se logró el acuerdo “sobre el marco para la implementación de la política monetaria como parte de un enfoque múltiple para enfrentar la alta y persistente inflación. Este marco tiene como objetivo asegurar tasas de interés reales positivas para respaldar el financiamiento interno y fortalecer la estabilidad.
Guzmán indicó que el acuerdo durará dos años y medio, y está sujeto a diez revisiones y recalcó que el programa no es un préstamo stand by, como el que adquirió Macri en 2018, sino que se trata de un acuerdo de “facilidades extendidas para refinanciar los vencimientos de ese programa stand by”.
El ministro anticipó que “no va a haber ningún salto cambiario” y que “el déficit fiscal tendrá una reducción gradual". Aclaró que también habrá un reducción “gradual y decidida” de la asistencia del Banco Central al Tesoro Nacional. También se acordó tener una estructura de tasas interés reales positivas y avanzar en la reconstrucción de la deuda pública en moneda local.
Todos los mandatarios provinciales, incluyendo los de la Unión Cívica Radical, aliada a la ultraderechista Propuesta Republicana en Juntos por el Cambio manifestar su apoyo al gobierno nacional por el acuerdo, como lo hicieron los grandes empresarios y las Pymes. También apoyó la restructuración lograda por el gobierno la Confederación General de los Trabajadores, pues consideró que “permitirá potenciar las políticas sociales inclusivas que garantizan la justicia social”.
Una importante consultora local estableció que cuatro de cada 10 argentinos, sabe de lo que se trata lo que estaba en juego en Argentina, ante la desinformación masiva de los medios de comunicación más importantes del país, que han ocultado la realidad de lo que dejó Macri.
Aún así en estas horas hay mucho agradecimiento por el apoyo de varios ex presidentes e importantes figuras de América Latina manifestaron a Argentina en su enfrentamiento con el FMI.
“En este mundo de lealtades tan volátiles, el presidente de México, Andrés Manuel Lopez Obrador acaba de tener un nuevo gesto valioso con la Argentina y la región, como antes lo tuvo con la Bolivia democrática, cuando en las propias narices de la OEA (Organización de Estados Americanos) de Luis Almagro, propiciador del golpe de 2019, le brindó su primer refugio al socialista Evo Morales” escribió el analista Roberto Caballero, quien destacó que en “en términos que suelen incomodar a las elites de Washington, en su habitual contacto matutino con los periodistas aztecas, López Obrador no solo le exigió al FMI que brinde ‘un trato justo’ a nuestro país. Además, apuntó directamente al organismo multilateral de crédito al calificarlo de ‘corresponsable en el endeudamiento excesivo’”.
Ayer se vivió como día en que se logró algo “posible” ante una situación que auguraba una catástrofe como lo sucedido en 2001 y la oposición más brutal ha quedado expuesta, con sus escasas voces.