Ciudad de México. Lejos de ayudar a una mejor y más efectiva tributación, el nuevo Régimen Simplificado de Confianza (Resico) implementado por el Servicio de Administración Tributaria, genera trabas y por consiguiente, incentiva la informalidad, advirtió la Asociación Nacional de Pequeños Contribuyentes (Anpec).
“En mala hora la tributación del pequeño comercio pasó de la confianza a la desconfianza; de un pago de impuestos sin trabas a uno pleno de obstáculos”, acusó Cuauhtémoc Rivera, presidente del organismo privado.
En la reforma fiscal de 2022 se aprobó la implementación del Resico a partir del pasado 1 de enero, lo que significa que fue anulado el Régimen de Incorporación Fiscal (RIF) y se restructuraron las condiciones para las personas físicas que figuraban en esta modalidad.
De acuerdo con el gobierno federal, este nuevo régimen fiscal de personas físicas que tributan bajo ciertas condicionantes tiene como fin facilitar el pago de impuestos.
No obstante, Rivera explicó que este régimen calcula el ISR con base al flujo de efectivo (ingresos y gastos) del contribuyente. Acceden a él aquellos contribuyentes que no obtengan más de 3 millones y medio de ingresos, lo que exige llevar una contabilidad quisquillosa, que solo un profesional puede hacer; es decir, se mantiene en la acera de la desconfianza y en su condición punitiva.
“El Resico ni simplifica ni da confianza, todo lo contrario, provoca informalidad”, aseguró el líder de los pequeños comerciantes del país.
El presidente de la Anpec lamentó la implementación del nuevo régimen, pues la mejor contribución que los pequeños comerciantes pueden hacer a la sociedad es la de buscar formalizarse (pagar impuestos al alcance de sus posibilidades sin mayor tramitología), buscando apegarse a la cultura de la legalidad, a fin de garantizar seguridad a sus familias.
“Entender que el pago de impuestos de los menores no hace la diferencia económica, pero sí tonifica enormemente la gobernabilidad democrática de la sociedad”, apuntó.