Ciudad de México. Luis Arriaga Valenzuela, integrante de la Compañía de Jesús, tomó posesión como nuevo rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México-Tijuana para el periodo 2022-2026. Asumió el cargo luego del inesperado fallecimiento por Covid-19, en septiembre pasado, de Saúl Cuautle Quechol, quien estaba al frente de esta casa de estudios.
En su intervención dijo que las cinco prioridades de su rectorado serán: la excelencia humana integral, la incidencia social, la internacionalización e interculturalidad, el fortalecimiento de la identidad ignaciana, y la eficiencia y sostenibilidad con las que “podremos avanzar con un rumbo claro durante los próximos años”.
A propósito de la excelencia humana integral, dijo que la razón de ser de la Ibero es la formación de personas competentes, conscientes, compasivas y comprometidas, que proponen soluciones a los problemas de un mundo al que le urge ser más equitativo, justo y sostenible. Por ello manifestó que como el conocimiento debe impulsarse con la contribución de todos los sectores sociales, “creemos en la colaboración conjunta con el Estado, la iniciativa privada y la sociedad civil”; el trabajo en alianza entre dichos ámbitos suma a la generación de iniciativas para mejorar la calidad de vida de los grupos tradicionalmente excluidos.
Pero no sólo eso, apuntó que se privilegiará y potenciará el diálogo, pues “nos interesa tender puentes de comprensión y colaboración porque lo que está en juego es el legado para las siguientes generaciones; el hacer realidad la justicia social y el futuro de México”.
“Como universitarios nos corresponde proponer soluciones, denunciar injusticias y preparar a las nuevas generaciones para que asuman su compromiso con la sociedad a través de la consolidación de nuestro modelo de Transformación y Acción Social”. También se buscará incidir en las políticas públicas para que promuevan la justicia, la equidad, los derechos humanos y el cuidado del medio ambiente.
Añadió que las radicales transformaciones que implican las nuevas tecnologías, como se ha experimentado en la pandemia, obligan a la Ibero a fortalecer sus procesos de digitalización, tanto para ampliar el alcance de sus acciones universitarias como para facilitar sus procesos de gestión institucional. Ello impulsa a la Ibero a conocer su funcionamiento y favorecer su desarrollo, pero también a una profunda reflexión social y ética sobre los impactos de las nuevas tecnologías, para mantener una distancia crítica y no caer en la racionalidad tecnocrática.
Aunado a esto, la sostenibilidad de la Universidad supone el cuidado de las personas. “Por eso menciono especialmente mi compromiso personal con seguir mejorando las condiciones para que todas las mujeres y las personas de la diversidad sexo-genérica vivan un entorno seguro aquí en la Ibero”.
“En los últimos años, las mujeres, sobre todo las más jóvenes, han hablado con claridad, en las instituciones y en las calles, y en esta Universidad las escuchamos y tomamos en serio su llamado. Continuaremos actualizando y reforzando las áreas dedicadas a la consecución de la igualdad y los mecanismos internos de prevención, atención y sanción de las violencias de género”.