Los estímulos a autos eléctricos que impulsa la administración del presidente Joe Biden denotan “visos de discriminación”, por ello la industria mexicana respalda a la Secretaría de Economía en la solicitud de un panel de solución de controversias, derivada de la interpretación que Estados Unidos ha hecho de las reglas de origen del sector automotor bajo el T-MEC y de los crédito fiscales que se promueven en ese país, explicó Jorge Zozaya, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Durante un evento convocado por Fitch Ratings confió en que México y Canadá tengan una resolución favorable en esta disputa, dado que los incentivos fiscales por hasta 12 mil 500 dólares para la adquisición de autos eléctricos que promueva la administración demócrata tienen “visos de discriminación”, pues no sólo se circunscriben a autos fabricados en Estados Unidos sino por solo ciertos sindicatos.
Zozaya consideró que la controversia comercial con Estados Unidos es uno de los principales retos que tiene el sector automotriz, pero en el contexto interno se encuentran también la regulación de autos usados de importación —conocidos como autos chocolate—, así como la reforma eléctrica propuesta por la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, pue retrasaría las metas de producción con energías limpias en el país.
Recalcó que en la mayor parte del mundo las metas de fabricación de vehículos exclusivamente con energías limpias se tienen contempladas para 2035 y 2050. La reforma eléctrica retrasaría ese objetivo para México, “empezaríamos a perder posiciones de liderazgo en producción y exportación”, consideró Zozaya.
El presidente de la AMIA detalló que el año pasado la producción en el sector automotriz aumentó casi 2 por ciento, la exportación 0.94 por ciento y las ventas en el mercado interno lo hicieron 7 por ciento, pero la comparación es con 2020, un año atípico por la profunda caída de la actividad económico, sí que se prevé una recuperación de la industria hasta 2024.