Ciudad de México. En el contexto de la cuarta ola de contagios, la Dimensión Episcopal de la Pastoral de la Salud de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) exhortó a los gobiernos federal y estatales y a sus autoridades sanitarias a que se “privilegie el cuidado de las personas por encima de intereses económicos o conveniencias políticas”.
En un mensaje, Roberto Yenny García, obispo de Ciudad Valles, y responsable de dicha dimensión, conminó a “no minimizar el riesgo de nuevas cepas o variantes” del virus SARS-CoV-2 y a “no desestimar medidas sanitarias y dar a la población información y orientación oportuna y clara”.
Así mismo llamó a las autoridades a tener un “mayor diálogo con los profesionales de la salud y demás instancias competentes, que les permitan una toma de decisiones sabia y oportuna” ante el alza de contagios.
El obispo expuso que “como iglesia católica en México nos comprometemos a seguir cuidando nuestros encuentros y espacios son responsabilidad, para que el cultivo de la espiritualidad y la práctica religiosa, tan necesaria en estos tiempos críticos sea accesible y segura para todos”.
Agregó que tras dos años de COVID-19 “algunos han manifestado resiliencia, calidad humana y solidaridad; mientras que otros han mostrado mezquindad, egoísmo e irresponsabilidad. Bien lo ha dicho el papa Francisco: de esta crisis saldremos mejores o peores, pero no iguales”.
En relación a la variante Omicron y la “cuarta ola”, subrayó que esto nos “desafía a mostrar más responsabilidad y una mayor solidaridad”.
Destacó que se debe dar “seguimiento a las medidas sanitarias que nos permiten cuidar nuestra salud y la de los demás. Se nos ofrece una vacuna, se nos dan indicaciones de aforo, se nos pide el uso de cubrebocas, gel y sana distancia”, entre otras acciones. ”En todo ello necesitamos mostrar más convicción y responsabilidad social”.
Reconoció “una vez más la ardua labor del personal sanitario: su entrega generosa en tiempo de pandemia nos inspira y nos invita a una mayor solidaridad”, sobre todo con los más vulnerables, con las personas mayores que padecen aislamiento, con quienes no tienen a su alcance los recursos médicos; con los que han perdido su trabajo; con los que pasan una crisis familiar y con los que lloran la muerte de un ser querido”.
Invitó a las comisiones de las pastoral social en cada iglesia local a “dinamizar su labor de prevenir, acompañar y curar en medio de nuestras comunidades eclesiales”.