Ciudad de México. Al asumir que la inflación no cederá por debajo de 4 por ciento a lo largo de 2022, en cierta medida porque se está importando la tendencia de Estados Unidos, la mayoría de los integrantes de la junta de gobierno del Banco de México reconoció un deterioro general en las condiciones macroeconómicas que repercuten en el aumento de precios en el país, exhiben las minutas de política monetaria.
En el debate del pasado 15 de diciembre se consideró que dada la situación actual ya no parecen apropiados
los argumentos sobre lo transitorio en la presiones inflacionarias, ya que el incremento de precios en el país ha sido persistente y generalizado
. Este análisis fue compartido por algunos de los integrantes de la junta; incluso hubo quien advirtió: los efectos trascenderán a la pandemia
.
Sin embargo, uno de los miembros de la junta mencionó que las expectativas a largo plazo observadas en instrumentos de mercado son cercanas a 3 por ciento, lo que es consistente con la percepción de que las presiones son transitorias; agregó que los choques se han prolongado, pero se debe a un cambio en los patrones de consumo, las restricciones de oferta y al incremento en los precios internacionales de las materias primas.
No obstante, durante la reunión de política monetaria de diciembre pasado, en la cual se decidió por mayoría incrementar a 5.50 por ciento la tasa de referencia, todos los integrantes de la junta de gobierno del Banco de México indicaron que las presiones globales e internas continúan afectando a la inflación anual general y subyacente, esta última menos propensa a la volatilidad.
Reconocieron que las expectativas de inflación general y subyacente para 2021, 2022 y para los próximos 12 meses volvieron a aumentar, lo mismo ocurrió con las de mediano plazo. Al menos para este año las previsiones se encuentran por encima del límite superior del rango objetivo, el cual es de 4 por ciento. No obstante, uno de los integrantes de la junta consideró probable que el deterioro se extienda a 2023.
Tan sólo en noviembre, el indicador de bienes y servicios en el país reportó un incremento anual de 7.37 por ciento. Con dicho avance, la mayoría de los miembros del banco central mencionó que en noviembre la inflación general alcanzó su nivel más alto desde enero de 2001 e incluso se exhibió que más de la mitad de los bienes y servicios que conforman el Índice Nacional de Precios al Consumidor están creciendo a tasas superiores a 5 por ciento.
En este contexto, en la discusión hubo quien planteó que las tasas de crecimiento anual de múltiples componentes por encima de la meta inflacionaria reflejan no sólo un problema asociado a productos afectados por los cuellos de botella, sino uno generalizado
. Aunque la mayoría también observa que debido a la profunda integración económica con Estados Unidos, la mayor inflación en este país ha contribuido al repunte de los precios en México.
Sobre la actividad económica, la mayoría de los integrantes de junta de gobierno de Banco de México consideró que, tras la contracción del tercer trimestre, en octubre se comenzó a ver una recuperación frágil, incompleta y heterogénea entre sectores
; también acotó que, si bien el mercado laboral sigue recuperándose, aún presenta afectaciones respecto de los niveles anteriores a la pandemia y el reciente aumento al salario mínimo podría generar presiones en los costos laborales.