Bogotá. Veintisiete civiles y combatientes murieron por enfrentamientos entre el ELN, la última guerrilla reconocida en Colombia, y disidencias de las FARC que se apartaron del acuerdo de paz, en una región fronteriza con Venezuela, según un nuevo balance de la Defensoría del pueblo (Ombudsman) publicado este jueves.
"Por cuenta de la confrontación entre el ELN y las disidencias de las FARC, se tiene un reporte de 27 homicidios por parte de las autoridades judiciales. Los cuerpos se encuentran en las morgues de Tame y Saravena", municipios del noreste del país, indicó la entidad en Twitter.
La fiscalía confirmó la nueva cifra de fallecidos -que el martes era de 23- y aseguró haber identificado a 20, entre ellos dos menores de edad, dos mujeres, cuatro venezolanos y cuatro presuntos disidentes de las FARC que se marginaron del acuerdo de paz firmado con la extinta guerrilla en 2016.
Para el ente investigador "no hubo combates", sino que "las víctimas recibieron disparos a corta distancia, en la modalidad de sicariato".
"Los responsables de estos homicidios son las estructuras armadas del Frente de Guerra Oriental del ELN, que delinquen" en la frontera con Venezuela, precisó.
De acuerdo a la investigación las personas "fueron obligadas a salir de sus viviendas por hombres armados. Algunas habrían sido llevadas a Venezuela, asesinadas y posteriormente trasladas a territorio colombiano. Otras murieron en Colombia, pero los cuerpos los abandonaron en lugares lejanos a sus residencias".
Gobierno y autoridades locales coinciden con la versión de la Defensoría del Pueblo, según la cual las personas fallecieron en medio de los choques entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y una facción de las disidencias de las FARC con quienes se disputan el negocio del narcotráfico en la frontera.
Reconocida como la última guerrilla en Colombia tras la desmovilización de las FARC, el ELN tiene un pie de fuerza de unos 2 mil 500 rebeldes, según el centro de estudios independiente Indepaz.
Por su parte, las disidencias de la FARC suman unos 5 mil 200 combatientes sin mando unificado, la mayoría (85 por ciento) nuevos reclutas que nunca estuvieron en la extinta organización rebelde, según la misma fuente.
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