Ciudad de México. Votar en contra de la reforma eléctrica, para decirlo con claridad, es votar a favor de que sigan robando a México los que tienen concesiones para generar energía eléctrica. Y se puede decir que no es un robo porque esas eran las condiciones legales que se crearon, pero, independientemente de lo legal, ¡es un robo! Entonces, no es cosa de andar convenciendo, no es para estar chiqueando a nadie, cada quien tiene que asumir su responsabilidad
, subrayó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En el Salón Tesorería de Palacio Nacional se le interrogó si el proceso contra José Manuel del Río Virgen, secretario técnico del Senado, obstaculizará la aprobación de esa reforma. El mandatario elaboró una amplia respuesta sobre el cambio de paradigma en la conciencia de la población y concluyó que no, no tiene que ver nada y tienen que seguir todos los procesos judiciales de todas las personas, sea quien sea
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Durante su exposición, abordó el tema de Del Río Virgen –tras una larga y confusa pregunta–: “no afecta, al contrario, ayuda a que se ventilen las cosas. Antes todo era soterrado, todo era en lo oscurito, acuerdos cupulares, puro cuchicheo. Ahora se ventila todo y, lo mismo, tenerle confianza a la gente. Yo creo que ese es el principal error de los políticos que no han querido o no han sabido entender la nueva realidad. Ya no se puede hacer la política como antes y es muy sencillo: es otra la mentalidad del pueblo. No es fácil, porque imagínense décadas haciendo política de una manera y de repente hay que entender que las cosas cambiaron.
“Eso lleva a que el pueblo es el que juzga, es el encargado de ver cómo nos comportamos, se dan cuenta, porque además estamos en un proceso de transformación en donde –que eso es otra cosa que se debe de internalizar– no es el quítate tú porque quiero yo; no es el cargo, es el encargo.”
De tal forma resaltó la mayor publicidad de los hechos, “y que nada más respetemos lo que digan las autoridades. Son varias instancias, son ministerios públicos, jueces en los estados, luego ministerios públicos de la fiscalía general, jueces del Poder Judicial, magistrados, ministros.
Si uno de los problemas que tenemos es precisamente el que se tardan mucho los juicios o los procesos, porque son demasiadas las instancias por las que se tiene que pasar, pero el lado bueno es que los gobiernos locales pueden tener influencia en ministerios públicos, en jueces; ahora menos, antes era total, nada más que como también se produce amnesia se olvida de que el gobernador era el que ponía al presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado.
Incluso sugirió a los presentes en su rueda de prensa hagan una encuesta con los jueces, sería un buen ejercicio, y pregúntenles, ¿cómo ven nuestro gobierno? Salimos reprobados, los jueces nos reprueban, todos los jueces. ¿Cómo ve el gobierno que representa Andrés Manuel López Obrador? Ahí reprobamos.
También recordó que hace unos 10 días me dio gusto escuchar, observar, constatar la decadencia de (Mario) Vargas Llosa
, quien invitado a una conferencia organizada por una fundación argentina leyó “un discurso que no aporta nada, de lugares comunes, y es un discurso de derrota, un discurso sin opciones, sin alternativas, incluso desde sus posturas, es nada más lamentarse. Ya era la hora de dormir y me lo encontré en la red y lo puse, y como estaba con volumen me dice Beatriz: ‘Cómo vas a estar escuchando eso’. No, no, no, le digo, espérame, espérame, y dormí re’bién.”