Hay una grieta en todo, es así que entra la luz
. Leonard Cohen.
Por eso, al pensar en el año que concluye en Estados Unidos, lo más notable no son las hazañas de la cúpula política, económica y social del país y sus noticias oficiales, sino todo aquello que, con humor, ira, gracia y ritmo de alguna manera sigue refrendando la gran conclusión filosófica de Alberto Camus: Me rebelo, por lo tanto somos
.
El año regaló la persistencia de rebeliones y actos de desobediencia ante lo injusto, marchas y manifestaciones para expresar la ira y esperanza colectiva, cantos y bailes para romper el silencio ensordecedor que resulta de dos años de pandemia y la recuperación constante de la memoria en un país que padece amnesia.
Así, brotan milagros y sorpresas de nuevas generaciones que, junto con algunos veteranos de luchas ya históricas, organizaron proyectos de asistencia mutua en colonias y barrios por todo el país para atender las necesidades básicas de vecinos que ni conocían. Colectivos y cooperativas que aparecen para ofrecer alternativas en producción, distribución y consumo de artículos básicos y alimentos. A la vez, nuevas generaciones son la vanguardia en movimientos ambientalistas, de derechos civiles y contra la violencia (armas de fuego, violencia policiaca, etcétera); y renovados esfuerzos y proyectos electorales para rescatar la democracia en este país ante una ominosa amenaza neofascista.
Hay milagros ya conocidos que persisten y que nutren a otros como la Coalición de Trabajadores de Immokalee que están transformando dramáticamente las condiciones de trabajo en los centros de producción agrícola del país, incluyendo eliminar el hostigamiento sexual en los campos donde tienen contratos (las mujeres de Hollywood del movimiento #MeToo les pidieron asesoría). (https://ciw-online.org).
Está el milagro llamado el Centro Highlander que, desde un rincón en las montañas del sureste, ha desempeñado un papel clave durante 89 años como centro de educación popular, capacitación y de estrategias sociales en los movimientos de derechos civiles, laborales y de justicia económica y ambiental del sur de Estados Unidos. (https://highlandercenter.org).
Están las sorpresas de un movimiento sindical que parecía sonámbulo, o hasta moribundo, pero que despertó y resucitó con un nivel de actividad –huelgas, nuevas conquistas, defensa de derechos laborales y más– sin precedente en los últimos años, incluidas luchas encabezadas por maestros, enfermeras, mineros, trabajadores de procesadoras de alimentos, automotrices, universitarios y cadenas de comida rápida.
Entre ellos, los calificados oficialmente como trabajadores esenciales
, incluidos 69 por ciento de los migrantes indocumentados, quienes siguen, literalmente, sosteniendo a este país durante la pandemia.
En 2021 continuó la lucha por la dignidad de pueblos indígenas y su defensa de la tierra y los derechos ecológicos de todos. También se da seguimiento a la resurrección de la Campaña de los Pobres, para continuar con el último proyecto de Martin Luther King.
Y están los músicos, actores, escritores, pintores, payasos y periodistas comprometidos con todas esta luchas que siguen ofreciendo apoyo, prestando voz y dando color a la solidaridad.
Ante todo eso... por todo eso, 2022 podría ser bienvenido, a pesar de todo, con nuevos bailes.
Jon Batiste. Freedom. https://www.youtube.com/watch?v=3YHVC1DcHmo
Los Lobos. Los Chucos Suaves. https://open.spotify.com/track/5salqL9ojH36gXyiEYJB8V?si=abc0585057204468