Huelva. Penetrar en la intimidad de un cineasta es un privilegio que no cualquiera puede lograr. Este voto de confianza ha sido un componente fundamental del trabajo que durante dos décadas y al que se suman los retratos de alrededor de mil realizadores, que ha captado Óscar Fernández Orengo (San Sebastián, 1971).
El fotógrafo español ha realizado una titánica y única labor documental. Las diferentes fases de este magno proyecto se traducen en exposiciones con sugestivos títulos como A través de mis ojos (2007), Cineastas contados de ambos lados (2015), Cineastas en su lugar (2016), por mencionar sólo algunas. Los retratos realizados por Fernández Orengo han dado la vuelta al mundo.
La más reciente muestra es Los cineastas, Europa retratada, que formó parte del programa paralelo del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva y que se exhibió en las instalaciones de la Casa Colón, bellísimo espacio arquitectónico distintivo de la cálida ciudad andaluza.
La muestra está compuesta por 50 retratos de cineastas españoles y europeos. En cédula de cada foto se ilustra al visitante sobre lo más destacado de la filmografía de los realizados.
Entre los realizadores de otros países europeos están el finlandés Aki Kaurismäki (1954), el húngaro Béla Tarr (1955), el sueco Roy Anderson (1943) y el italiano Marco Bellocchio (1939). En cuanto a los españoles destacan Isabel Coixet (1960), Álex de la Iglesia (1965) y Pedro Almodóvar (1949), entre otros.
La originalidad de la muestra radica, entre otros aspectos, en el formato panorámico de buena parte de los retratos realizados en blanco y negro que permiten al espectador, por un momento, compartir parte de esa intimidad del cineasta al observarlo captado por la cámara de Fernández Orengo en su muy particular entorno.
El texto introductorio de la exposición revela la pasión por el cine de Fernández Orengo, que podría interpretarse como un importante hilo conductor del quehacer del joven fotógrafo. Señala: Por primera vez muestro una breve selección de retratos de cineastas europeos que, a su vez, forman una parte esencial de mi cinefilia... Se podría decir que retratarlos es para mí un gesto de amor y gratitud por todo lo que me han transmitido a través de sus películas y que tanto me ha ayudado a educar mi mirada como fotógrafo
.
En conversación con La Jornada, Fernández Orengo contó que su sueño siempre fue ser director de cine, incluso su imaginario infantil estaba ligado a lo que define su amor por el séptimo arte. En el camino de su formación, y ante una experiencia que considera un tanto decepcionante en una escuela de cine, visitó la exposición Workers, del fotógrafo brasileño Sebastião Salgado; ésta lo impactó de tal manera que lo llevó a adquirir su primera cámara fotográfica.
Fernández Orengo se dice enamorado de México. De hecho el primer retrato realizado a un director de cine fue el de Arturo Ripstein (1943), alrededor de 2000 en ocasión de la visita a Barcelona del cineasta mexicano para la presentación de La perdición de los hombres.
Cuando fotografié a Arturo Ripstein no tenía pensado hacer un proyecto de retratos de cineastas. Lo fotografié por la admiración que tengo a su trabajo
, relató.
El apoyo institucional tanto al festival de Huelva, como al quehacer de Fernández Orengo esta ligado a una entidad pública modelo de promoción, Acción Cultural Española, que impulsa y promueve la cultura y el patrimonio del país tanto en la península como fuera de ella mediante un extenso programa de actividades e iniciativas, fomentando la movilidad de profesionales y creadores.