Londres. Los migrantes siguen siendo retenidos en "muy malas" condiciones en el Reino Unido, pese a las promesas de mejora del gobierno, afirma un informe publicado el jueves cuando las llegadas ilegales alcanzan niveles récord.
La inspección penitenciaria y los comités de vigilancia independientes de Dover y Heathrow, formados por voluntarios encargados por el gobierno de evaluar las condiciones de acogida, visitaron varios centros en los últimos tres meses.
A pesar de las garantías ofrecidas a raíz de inspecciones anteriores en 2020, sólo se constataron "progresos limitados", afirmó el inspector jefe de prisiones Charlie Taylor.
"Las personas retenidas, incluido un gran número de menores no acompañados, siguieron (en 2021) sufriendo muy malas condiciones", afirmó.
Según el informe, familias con niños pequeños tuvieron que pasar más de 24 horas en tiendas de campaña cerca de Dover, el principal puerto inglés a orillas del Canal de la Mancha.
Y mujeres que denunciaron haber sido violadas por los traficantes de personas "no recibieron suficiente ayuda", agrega.
También señala problemas "significativos" con la seguridad de los menores no acompañados, que son "regularmente retenidos" junto a adultos con los que no tienen ninguna relación.
Durante una visita en octubre al centro de Tug Haven, cerca de Dover, los inspectores observaron que las temperaturas eran bajas, sobre todo en los autobuses de dos plantas que a veces se utilizan para pasar la noche.
Descubrieron que varios niños, incluidos bebés, así como adultos potencialmente vulnerables, se quedaban ahí a dormir, y que algunas lesiones (quemaduras, cortes, contusiones en los pies) no se detectaban ni se trataban.
Citaron el caso de una "chica de 16 años que tenía quemaduras de combustible en las piernas y llevaba dos días en Tug Haven con la ropa mojada". Cuando finalmente se identificaron sus heridas, "las costuras de su ropa se habían incrustado en las quemaduras y un médico informó de que probablemente tendría cicatrices de por vida".
También se observaron deficiencias en un centro del aeropuerto londinense de Heathrow, que retiene a los inmigrantes antes de su expulsión del Reino Unido.
Los inspectores informaron de que una noche llegaron cuatro autocares y los inmigrantes tuvieron que dormir en el suelo sin instalaciones sanitarias adecuadas.
Calificaron las condiciones como "inaceptables y degradantes, pero inevitables dada la incapacidad del centro para procesar las llegadas".