Mexicali, BC. A consecuencia de las lluvias que se registran en la Zona Costa de Baja California, el martes se reportaron las muertes de dos mujeres y de un hombre en Tijuana y de otro varón en Playas de Rosarito.

El primer deceso se produjo a causa del desplome de la estructura del techo de la plaza comercial Otay de Tijuana. La víctima es una mujer adulta que se encontraba en este establecimiento, ubicado en el oriente de Tijuana.

Otro incidente que se produjo alrededor de las 14:30 horas, de manera paralela al del centro comercial, fue el ahogamiento de otra mujer a causa del arrastre en una boca de tormenta de la Zona Río, cuyo cuerpo fue rescatado en las inmediaciones del Club Campestre.

Una hora después, una corriente de agua atrapó a un hombre en la colonia Mariano Matamoros y su cadáver se encontró metros adelante en un cajón desarenador.

En Playas de Rosarito, la afluencia de un arroyo crecido por la lluvia atrapó a un hombre, cuyo cuerpo fue localizado en la playa.

En las ciudades de la Zona Costa de Baja California se registraron rachas de viento de 60 kilómetros y una tormenta que provocaron inundaciones, incendios, interrupciones de energía eléctrica, de acuerdo a reportes de bomberos.

El secretario de Seguridad Ciudadana de Playas de Rosarito, Francisco Arellano Ortiz, alertó a la población y a los visitantes a extremar sus precauciones por las condiciones climatológicas que se reportan en esa zona.

Lluvias, riesgos y vulnerabilidad

En 1993,el fenómeno meteorológico El Niño provocó la muerte de varias personas en Tijuana por las corrientes de agua en los cañones, ante la ausencia de un sistema pluvial en esta ciudad fronteriza, ese año el saldo fue 110 muertos, desgajamiento de cerros e inundaciones de la presa Rodríguez y la canalización del rio Tijuana. Dos años después, en 1995, se reportaron estragos también por la lluvia.

En septiembre Protección Civil de Tijuana alertó sobre el riesgo que representa que 5 mil familias habiten en zona de riesgo ante la posibilidad de la llegada del fenómeno meteorológico La Niña.

En esta zona del país, señaló el investigador Juan Manuel Esteves, “los daños asociados a lluvias intensas no resultan solo de la intensidad y duración de las precipitaciones, sino también con los contextos de vulnerabilidad social, la cual se traduce en asentamientos con poco acceso a servicios públicos, segregación espacial, cambios de uso de suelo y de los patrones naturales de drenaje en cuencas hidrográficas y ocupación de zonas no aptas para el desarrollo urbano. Por esta razón se considera que este tipo de desastre es social y no natural".

Luego de plantear la ecuación "desastre=riesgo x vulnerabilidad", Esteves advirtió que el riesgo climático debe tener un mayor peso en la elaboración y aplicación de los planes de desarrollo urbano.

El estudio "Elementos para la construcción social del riesgo climático en el noroeste de México. El caso de las lluvias en Tijuana, Baja California", fue publicado en el libro Aires y lluvias. Antropología del clima en México del Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos y forma parte de la investigación "La construcción social del riesgo de desastre en el noroeste de México: ENSO (El Niño/ Southern Oscillation) en la cuenca del río Tijuana", del proyecto regional Gestión de riesgos del desastre ENSO en América Latina: México (iai-ciesas-La red).