Nueva York. Ricardo Martinelli Linares, hijo del ex presidente panameño Ricardo Martinelli, se declaró el martes culpable de presunto lavado de dinero proveniente de los sobornos hechos por la constructora brasileña Odebrecht en una audiencia judicial en Nueva York.
El juez Raymond Dearie ordenó que el panameño, que fue extraditado desde Guatemala a Estados Unidos la semana pasada, permanezca en prisión. Los abogados de Martinelli Linares habían propuesto que su cliente permaneciera bajo arresto domiciliario con una fianza de cinco millones de dólares. También insistieron en que no había posibilidades de que su cliente huyera.
Dearie rechazó la petición.
Martinelli Linares es el segundo hijo del exmandatario en ser extraditado por el mismo caso después de que en noviembre fuera extraditado su hermano, Luis Enrique Martinelli Linares. Este último se declaró culpable el 2 de diciembre de asociación ilícita para lavar dinero de los sobornos de Odebrecht.
Vestido en uniforme de preso verde claro, Martinelli Linares, de 42 años, repitió “sí, su señoría” varias veces ante el juez, quien le preguntó si entendía las consecuencias de no ir a juicio y ser sentenciado. Martinelli Linares ha firmado un acuerdo con la fiscalía que lo obliga a pagar una restitución de casi 19 millones de dólares. Su hermano realizó el mismo acuerdo y será obligado a pagar la misma cantidad.
En la audiencia del martes se estipuló que Martinelli Linares será sentenciado el 13 de mayo de 2022. Según el juez Dearie, la fiscalía planea pedir un mínimo de nueve años de prisión para el panameño.
Los hermanos Martinelli permanecieron presos en Guatemala por más de un año a la espera de que la justicia resolviera si eran extraditados o no. Ambos buscaron protección en el Parlamento Centroamericano, donde habían sido elegidos pero no juramentados.
Los dos enfrentan cargos de conspirar con otros para lavar aproximadamente 28 millones de dólares de sobornos de Odebrecht dirigidos a un alto funcionario en Panamá que es pariente cercano de los acusados, asegura Estados Unidos. El alto funcionario en Panamá lo fue desde 2009 hasta 2014, aseguró la fiscalía del distrito este de Nueva York.
Ricardo Martinelli fue presidente de Panamá entre 2009 y 2014, durante un periodo de rápido crecimiento económico empañado por denuncias de corrupción.
Según las autoridades estadounidenses, sus dos hijos sirvieron de “intermediarios” entre Odebrecht y el funcionario panameño para beneficiar a este último con los sobornos.
Los dos hijos de Martinelli están acusados en Estados Unidos porque gran parte del lavado de dinero se hizo a través de cuentas en bancos neoyorquinos.
La constructora Odebrecht se declaró culpable en 2016 en el distrito este de Nueva York de estar involucrada en un escándalo de sobornos y lavado de dinero. La constructora llegó a pagar más de 700 millones de dólares en sobornos a funcionarios de gobierno y partidos políticos en la región a cambio de mantener negocios y contratos.
Los fiscales aseguraron que en junio de 2020 ambos hermanos escaparon de Estados Unidos, en un bote a las Bahamas, cuando sus abogados negociaban un acuerdo con las autoridades estadounidenses para limitar cualquier posible acusación contra los Martinelli.
Tras no lograr entrar a Panamá debido a las restricciones por la pandemia, se vieron forzados a volar a otros países y acabaron en Guatemala, donde fueron arrestados.
Sean Hecker, abogado de Martinelli Linares, dijo el martes que la huida de los hermanos de Estados Unidos fue un “error”.
“Resultó en que mi cliente pasó 17 meses en una prisión guatemalteca”, dijo Hecker.
El juez Dearie concluyó que Martinelli Linares permanecería preso ya que no podía confiar en que el panameño no intentaría escapar de nuevo. “Las acciones hablan más que mil palabras,” dijo el juez.
El expresidente Martinelli fue detenido en Miami en 2017 y extraditado a su país posteriormente para enfrentar acusaciones de supuesto espionaje a políticos y periodistas, de las que fue absuelto por segunda vez en días recientes. El exmandatario aspira a volver a competir por el poder en 2024.