Inicialmente se cerraron cafeterías en Los Ángeles, Chicago y Seattle, a ellas se sumaron locales en Nueva Jersey, Nueva York, Filadelfia y San Luis.

Los sectores industrial y de servicios resultaron afectados; además se registró ausentismo laboral por al menos 30%, y caída de ventas en un 80%.

Cibercriminales los colocan en calles, restaurantes y transportes.