Ciudad de México. La Federación Mexicana de Organismos Públicos de Derechos Humanos instó a los gobiernos federal y locales, así como a las autoridades correspondientes, a la implementación de políticas públicas y ejecución de acciones que garanticen al pueblo Wixárika y de las personas que reconocen en esta región un lugar sagrado, sus derechos humanos colectivos a la consulta, uso y disfrute del territorio tradicional, identidad cultural y medio ambiente sano.
De igual manera, pidió que se inicie un programa de verificación del cumplimiento de las normas en materia minera, ambiental y de aguas nacionales, a través de actos de inspección, vigilancia y monitoreo, así como medidas de prevención, mitigación y reparación integral del daño ambiental y cultural en beneficio del propio pueblo indígena y de los habitantes de la región de Wirikuta.
Recordó que Wirikuta es uno de los lugares más importantes y representativos del pueblo Wixárika, que mantiene sus tradiciones culturales “de una manera muy pura” y que habita en los estados de Jalisco, Nayarit, Durango y Zacatecas. Indicó que de su equilibrio biocultural depende su identidad. También, la región es reconocida como sagrada para personas católicas de varios estados de la República, y Real de Catorce es el principal recinto franciscano de México, refirió.
No obstante, indicó, a pesar de la existencia de una Reserva Minera Nacional y la suspensión jurisdiccional de la actividad minera en más de 140 mil hectáreas, ésta prevalece en San José de Coronados para la explotación de antimonio y la existencia de otros proyectos mineros como el de la empresa Real Bonanza, en la sierra de Catorce.
La Federación agregó que los altares sagrados del pueblo Wixárika, carecen de señalética e infraestructura básica que inviten a visitantes y turistas a proteger y salvaguardar sus condiciones. A lo anterior, continuó, se suman actividades agrícolas y pecuarias, que han detonado acciones para la modificación climática y depósitos irregulares de excretas avícolas y porcícolas que afectan el equilibrio ecológico de la zona, génesis de conflictos socioambientales en crecimiento.
Señaló que las condiciones prevalecen pese a las resoluciones que se han emitido por organismos no jurisdiccionales, como es la Recomendación 56/2012 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y el “Pronunciamiento ante la situación que guardan los derechos humanos de las personas que habitan el territorio sagrado de Wirikuta” publicado en julio de 2021 por las defensorías públicas de derechos humanos de los estados de Nayarit, Aguascalientes, Colima, Durango, Zacatecas, Michoacán y Jalisco. Por lo que exhortó a que se dé el cabal cumplimiento de las proposiciones contenidas en estos documentos.
También, hizo un llamado para fortalecer la defensa y protección del territorio sagrado y reafirmó el compromiso para trabajar desde toda la geografía nacional en la defensa de los derechos humanos de los pueblos originarios, desde un respeto absoluto a la autonomía y libre determinación; así como las garantías a un medio ambiente sano, a la recreación, a la cultura, a la salud, al libre tránsito y todos los que interdependientemente se afectan con la degradación de la región sagrada de Wirikuta.
En un pronunciamiento, recordó que México es el segundo país en riqueza biocultural en el planeta, solo después de Indonesia y seguido por India, Australia y Brasil. En tanto que el altiplano potosino y la sierra de Catorce, también conocida como Wirikuta, en San Luis Potosí, conforman una región con un valor biocultural, como pocas en el mundo. “Ahí, está representada la mayor parte de las especies de flora y fauna silvestres de todo el desierto chihuahuense -que rebasa incluso las fronteras de México- y concentra la biodiversidad de cactáceas más importante en el mundo. La mayoría se encuentran en alguna -categoría amenazadas o en peligro de extinción- dentro de la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010. También, se registra en Wirikuta anidamientos del águila real, símbolo de nuestro país, y ave que encabeza la lista del programa nacional de conservación de especies prioritarias”.