Jartum. Opositores al golpe de Estado en Sudán se volvieron a manifestar el sábado y llamaron a nuevas protestas masivas el domingo, pese a la represión que ya ha causado al menos 40 muertos en casi un mes.
El 25 de octubre, el general Abdel Fattah al Burhan, jefe del ejército y autor del golpe de Estado, puso fin a la frágil transición que se llevaba a cabo en Sudán desde hacía meses.
Ordenó arrestar a casi todos los civiles en el poder, acabó con la unión formada por civiles y militares y decretó el estado de emergencia.
Desde entonces, se han llevado a cabo multitud de protestas contra el ejército, sobre todo en Jartum, en las que se reclama el retorno al poder de un gobierno civil. Estas manifestaciones son duramente reprimidas por las fuerzas de seguridad.
El sábado, cientos de manifestantes salieron a la calle en Jartum Norte, en las afueras de la capital, construyeron barricadas y quemaron neumáticos, según un corresponsal de la AFP. "No al poder militar", gritaban.
Comisaría incendiada
Una comisaría en la zona fue incendiada. Por el momento, no estaba claro quiénes habían sido los autores del ataque.
Activistas prodemocracia hicieron llamados en las redes sociales para manifestarse en masa el domingo, bajo la etiqueta de "La marcha del millón del 21 de noviembre".
La Asociación de Profesionales Sudaneses (APS), una de las puntas de lanza de la revuelta popular de 2019 que llevó al ejército a destituir a Omar al Bashir tras 30 años en el poder, instó a la población a mantener la presión para el regreso de un gobierno civil.
Y eso pese a la letal represión de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes.
El miércoles 17 de noviembre fue el día más mortífero, con el deceso de 16 personas, la mayoría en Jartum Norte, según un sindicato de médicos prodemocracia.
Una de las víctimas fue alcanzada por una bala y murió este sábado. "Un joven de 16 años resultó gravemente herido de bala en la cabeza y en la pierna el 17 de noviembre y se convirtió en mártir", declaró el sindicato en un comunicado.
Con este deceso, ya son 40 las personas que han perdido la vida durante o a raíz de las manifestaciones desde el 25 de octubre. La gran mayoría son manifestantes.
La policía, que afirma que 89 de sus efectivos resultaron heridos, asegura que nunca ha abierto fuego contra los manifestantes y que sólo hay un muerto y 30 heridos debido al gas lacrimógeno.
Tras el recrudecimiento de la violencia, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, dijo el jueves estar "profundamente preocupado" por la represión, e instó al ejército a autorizar las manifestaciones pacíficas, recordando la necesidad de "restablecer la transición dirigida por civiles".
La Unión Africana, que suspendió a Sudán, también condenó la represión y pidió una "transición democrática", según un comunicado el sábado.
Frente a estos llamados, el general Burhan se mantiene inflexible. Se volvió a designar al frente de la más alta institución de la transición, el Consejo Soberano, recondujo a todos sus miembros militares o proejército y nombró a civiles apolíticos.
Pero los militares todavía no han nombrado un nuevo gobierno, como llevan prometiendo desde hace semanas, tras la detención del primer ministro, Abdalá Hamdok, en arresto domiciliario.