Nueva Delhi. Al empeorar ayer las condiciones atmosféricas en la capital de India, el ministerio federal de Medio Ambiente ordenó el cierre indefinido de las escuelas y de algunas centrales eléctricas de carbón, mientras estados cercanos aplicaron también medidas severas para combatir el elevado índice de contaminación.
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Además, el principal tribunal de India está por decidir si Nueva Delhi debe iniciar un confinamiento debido al manto de aire gris que envuelve la ciudad, sobre todo en las mañanas.
Aparte del cierre de escuelas, la Comisión para la Gestión de la Calidad del Aire ordenó la suspensión de obras en construcción hasta el día 21 e impidió la circulación de camiones que no trasladen productos esenciales. También pidió a gobiernos estatales que animen
a los empleados de oficinas privadas a trabajar en casa.
A pesar de una leve mejora en la calidad del aire en Nueva Delhi en los dos últimos días, la lectura de partículas peligrosas ayer seguía muy por encima del nivel de seguridad, superando 300 microgramos por metro cúbico en algunas zonas de la ciudad.
La Organización Mundial de la Salud determina que el nivel de seguridad de las diminutas partículas venenosas es de 25 microgramos.
La previsión señala que la calidad del aire va a empeorar antes de la llegada de vientos fríos la próxima semana que podrían eliminar la contaminación.
Entre las muchas ciudades indias que luchan por respirar, Nueva Delhi encabeza la lista cada año. La crisis se agudiza en invierno, cuando la quema de los residuos agrícolas en los estados cercanos coincide con la bajada de temperaturas que atrapan el letal humo, que viaja hasta Nueva Delhi provocando un aumento de la contaminación en la ciudad de más de 20 millones de habitantes.
Las emisiones de las industrias que carecen de tecnología para controlar la contaminación, los petardos de los festivales y el polvo de la construcción también se incrementan en los meses de invierno.
Varios estudios estiman que más de un millón de indios mueren cada año por enfermedades relacionadas con la contaminación atmosférica.
La capital ha experimentado a menudo con limitar el número de autos en circulación para reducir las emisiones, ha utilizado grandes cañones antiesmog y frenado la construcción. Pero estas medidas han sido poco efectivas y los expertos señalan que no son útiles en el largo plazo.
En la fronteriza Lahore, en Pakistán, los ciudadanos lamentan la inacción de las autoridades ante la creciente contaminación que el gobierno atribuye al país vecino.