Ciudad de México. En el contexto de la pandemia, la solidaridad entre los países es primordial, en especial en el acceso a las vacunas contra el SARS-CoV-2, aseguró Rogelio Cabrera López, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
En conferencia de prensa virtual con motivo del termino de la 111 Asamblea Plenaria de la CEM, el arzobispo de Monterrey se pronunció por la “solidaridad con las vacunas para que lleguen a todas partes, que ningún país sufra los estragos del COVID, porque no tiene ingresos o no está en la lista de los que reciben las vacunas, tan necesarias”.
Aseguró que los países ricos deben compartir con los más pobres, sobre todo en materia de alimentos, medicamentos y cuidado del medio ambiente, y remarcó que el Papa Francisco ha insistido en que la iglesia debe promover el apoyo y la generosidad con los pobres, en especial por parte de aquellos que tienen recursos.
“También creo que otro punto de solidaridad es el cuidado de la casa común (planeta), los que más tienen son los que dañan al medio ambiente por la industria, y es su deber también compartir con los menos ricos, con aquellos que son proveedores de materia prima, el desarrollo de sus pueblos.
“Otra manera de seguir siendo solidarios en el apoyo alimenticio que debe de estar siempre en la agenda de todas las naciones, que nadie muera de hambre. El Papa nos puso la Jornada Mundial del Pobre para subrayar que la iglesia católica debe promover la solidaridad y la generosidad con los más pobres, y que esa generosidad tiene algunos requerimientos: alimentos, medicamentos y cuidado de la creación, aparte de que que muchos de los pueblos y naciones más pobres sufren la violencia interna”.
Al preguntarle la opinión sobre la propuesta que hizo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador en la ONU, el arzobispo expuso lo anterior y destacó que ese pensamiento de “fraternidad y amistad social” en el mundo y entre los países, “ha sido el núcleo del mensaje” del pontífice argentino, quien en repetidas ocasiones ha abogado por la “solidaridad de los que más tienen, con los que menos tienen”.
En el mensaje emitido por la CEM aseguraron que “México puede cambiar para bien” y conminaron a “no dejarnos arrastrar por el individualismo, la codicia y el egoísmo”, así como a “superar la fragmentación, la división y la polarización política”.
Destacaron que “todos somos importantes, con la riqueza de la variedad: los obreros, campesinos, intelectuales, estudiantes, empresarios, políticos, artistas, médicos, deportistas, jóvenes, migrantes, consagrados.
“Hay que recorrer un camino sinodal. Para, luego, abrirnos a un diálogo sincero y enriquecedor cargado de verdad y de atenta escucha, acogiendo la riqueza del otro, para llegar a vernos como hermanos y establecer lazos de amistad social. Para finalmente, discernir y elegir los caminos adecuados, haciendo a un lado la indiferencia, la exclusión y el rechazo del otro. Ante esta situación crítica, avivemos la esperanza”.