Sao Paulo. Los precios al consumidor en Brasil –la mayor economía de América Latina– anotaron en octubre la mayor subida en casi dos décadas, impulsados en parte por el aumento del costo de los combustibles, que elevó la inflación anual en el país sudamericano a 10.67 por ciento.
Los precios al consumidor medidos por el índice de referencia IPCA subieron 1.25 por ciento el mes pasado, informó este miércoles el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). La cifra quedó por encima de la previsión de los economistas de 1.05 por ciento y también superó al 1.16 por ciento registrado en septiembre.
Se trata de la tasa de inflación mensual más alta desde octubre de 2002, cuando los precios al consumo subieron 1.31 por ciento.
En lo que va de año, la inflación en Brasil acumula un aumento de 8.24 por ciento y en los últimos 12 meses, de 10.67 por ciento.
En octubre, todos los grupos analizados registraron subidas de los precios, empezando por el transporte, que registró un aumento de 2.62 por ciento, debido a los continuos aumentos de los precios de la gasolina y el diésel.
Le siguieron otras mercancías y servicios, como alimentos y bebestibles, vivienda, artículos para el hogar, prendas de vestir, salud y cuidado personal, gastos personales y educación.
El presidente Jair Bolsonaro, que está recibiendo una presión cada vez mayor debido al aumento del costo de la vida, culpó de la aceleración de la inflación a medidas de los gobernadores de los estados para frenar la propagación del Covid-19 y a algunos impuestos, sin entrar en detalles.
Bolsonaro ha señalado antes a un impuesto estatal sobre el combustible de avivar la inflación. También ha atacado a la petrolera estatal Petrobras por obtener demasiados beneficios.
La inflación en Brasil este año se ha visto agravada en parte por una sequía que ha minado la generación de energía hidroeléctrica y ha hecho subir las facturas de electricidad, así como por el debilitamiento de la moneda, el real.
En un intento de volver a controlar la inflación, el banco central ha aumentado las tasas de interés de forma agresiva este año hasta un nivel de 7.75 por ciento.