Washington. Los sistemas existentes para monitorear las deudas soberanas de los países más pobres son inadecuados y enmascaran las deudas ocultas, por lo que es probable que deban mucho más que los niveles récord estimados actualmente, dijo la economista jefe del Banco Mundial (BM), Carmen Reinhart.
El banco multilateral de desarrollo publicó el miércoles la primera evaluación integral de los sistemas de vigilancia de la deuda global y nacional, explicando que encontró “brechas masivas” en la capacidad de registrar cuánto debe cada país y a quién.
El mosaico actual de bases de datos, con diferentes estándares y definiciones, implica que las estimaciones de deuda podrían estar desviadas hasta en 30 por ciento del producto interno bruto (PIB) de un país, según el informe, que destacó que 40 por ciento de los países de bajos ingresos no habían publicado datos sobre su deuda soberana durante más de dos años.
El BM, crítico desde hace tiempo de las prácticas crediticias de China -el mayor acreedor del mundo-, dijo el mes pasado que la carga de la deuda de los países de bajos ingresos subió 12 por ciento, a un récord de 860 mil millones de dólares, en 2020, y pidió esfuerzos integrales para ayudar a los países de ingresos bajos y medianos a alcanzar niveles de deuda más sostenibles.
Sin embargo, Reinhart dijo a Reuters que la cifra real podría ser “notablemente mayor” e indicó que el nuevo estudio subrayó la necesidad de hacer reformas para garantizar mejores estadísticas de deuda, una recopilación de datos coordinada y sistemas integrados de gestión de deuda.
Asimismo, afirmó que la naturaleza opaca de muchos contratos de deuda y la completa falta de participación del sector privado en una iniciativa de alivio de la deuda del G-20 enturbian las perspectivas de los esfuerzos de reestructuración de la deuda para los países de ingresos bajos y medianos.
La entidad estima que 12 por ciento de los países de bajos ingresos ya están endeudados y que 44 por ciento corre un alto riesgo de llegar allí.