En la región del istmo de Tehuantepec, Oaxaca, beneficiarios del programa social Sembrando Vida (SV), de la Secretaría de Bienestar (SB), denunciaron que los responsables de dicho esquema han incurrido en diversas irregularidades, entre ellas fijar metas de siembra de árboles y plantas, sin considerar si realmente son asequibles.
De igual forma, aseguraron, no les han proporcionado los insumos para alcanzar dichos objetivos; no han realizado una planeación adecuada del tipo de vegetación que debe sembrarse en cada tipo de suelo y han retenido los pagos de algunos derechohabientes sin explicarles la razón de ello.
En entrevista, el agricultor Pedro Hernández Ramírez indicó que, luego de haber participado durante casi un año y medio en un Centro de Aprendizaje Campesino (CAC), instalado en tierras de su propiedad, fue expulsado del esquema por las autoridades de la SB, señalado por acoso sexual, cuando en realidad dicho acto “se trató de una represalia” por evidenciar las fallas del programa.
“Estuvimos trabajando en armonía durante un año, comprando las plantas y pagando los materiales del vivero de nuestra bolsa, cuando en las reglas de operación veo que no tendríamos que haberlo puesto nosotros. Le hice esa observación a la facilitadora y al coordinador territorial y me empezaron a amenazar con darme de baja, porque yo era muy ‘conflictivo’ y eso no se vale”, denunció.
“No tenemos idea de cuánto va a costar el vivero, pero ya hemos gastado unos 16 mil pesos. El reglamento dice que ellos nos tendrían que dar para los materiales y el combustible, por eso queremos que nos repongan el dinero que ya pusimos o que terminen de construir el vivero, porque ese era el plan”, dijo.
Además de expulsar o suspender “de forma arbitraria” a quienes se quejan o no pueden cumplir sus metas de siembra, así sea por enfermedad, los responsables de SV “están empecinados en traernos cedro rojo, que no pegó acá, cuando estamos acostumbrados a sembrar coco, mango, chicozapote, que es lo que se da en la región”.
Los promotores de SV, lamentó Hernández, “no están permitiendo que opinemos nosotros como campesinos. Dicen que ellos traen una línea y esa línea se tiene que respetar, porque hay un récord al que ellos tienen que llegar y listo”.
Por su parte, Crispín Osorio, también participante del programa en la región del Istmo de Tehuantepec, señaló que las autoridades “presionaron” a los integrantes de su CAC para que contrataran a las empresas Gemasol y Conagro como abastecedoras de materiales, a pesar de que algunos agricultores consideraron “elevados” sus precios y prefirieron recurrir a otros negocios locales.
Asimismo, denunció que los responsables de SV exigen una cuota de siembra de mil 800 plantas para finales de este año, pero “no hicieron examen del tipo de terrenos de la región y qué plantas pueden crecer. De poco más de mil plantas que sembré, sólo me sobrevivieron 600, y hasta después me dijeron que esas no eran las ideales. ¡Mira en qué momento me lo vienen a decir!”.
De igual forma, Osorio hizo ver que los 5 mil pesos que el programa le otorga a cada beneficiario cada mes –menos 500 que se les descuenta de forma obligatoria para hacer un fondo de ahorro--, finalmente terminan siendo casi insuficientes para cubrir todas las labores relacionadas con la siembra, riego y cuidado de los árboles en las 2.5 hectáreas de cada unidad.
“Nos dan 4 mil 500 pesos, pero para mantener bien las plantas, tenemos que contratar al menos dos trabajadores a los que se les paga 200 pesos la jornada, de 8 AM a 2 PM. A la semana, son dos mil pesos de los dos trabajadores, y en la otra semana son otros dos mil pesos. Parece que el programa es para la gente que tiene recursos y le puede poner parte de su dinero” a este esquema para hacerlo funcionar como es debido.
Un tercer agricultor, que solicitó el anonimato por temor a represalias, afirmó que ha habido varios casos de beneficiarios a los que se les suspenden temporalmente los pagos, sin que quede clara la razón de ello ni el fondo en el que ese dinero permanece.
“A muchos les han suspendido pagos sin explicación, y cuando les preguntamos, nos dicen que nos los van a regresar, pero mientras ¿dónde quedan? Queremos que se llegue a fondo para saber qué pasa con eso”.
En diversos CAC “hemos visto muchísimas cosas. A mí me suspendieron un pago en el mes de septiembre, aunque ya habían venido a verificar mi terreno en agosto, mientras hubo otra gente que sí tuvo su pago.
“Al ratito surgió un problema de un usuario que lleva siete u ocho meses sin cobrar, pero sí está activo. Cuando tocamos ese punto con el coordinador, nos mandó a una persona que dijo delante de todos que sí estaba su dinero, pero no sabemos dónde. Ese señor fue a cobrar y sólo le salió lo de un mes, ¿dónde quedaron los otros?”, cuestionó.
Este diario le solicitó a la SB un posicionamiento sobre el tema, pero la institución declinó hacer comentarios al respecto.