Ciudad de México. Ante el incremento del precio de fertilizantes para el campo -tan sólo el precio de la urea se duplicó en lo que va del año- se compromete la capacidad de producción de los alimentos, se verá seriamente disminuida en el corto y mediano plazo, tanto en su disponibilidad como en el incremento de su costo. Ante ello, se requiere pasar al uso de biofertilizantes que reduce el costo del químico en los cultivos, sostuvo Marcel Morales, experto en biofertilización.
En el país el amoniaco anhidrido, a principio de año tenía un precio del orden de 8 mil pesos hoy está en 18 mil pesos; la urea pasó de 7 mil pesos a más de 14 mil; el sulfato de amonio, le cuesta al productor el triple al venderse en 17 mil pesos.
Ante este escenario y ante las alertas rojas sobre cambio climático y las altas emisiones contaminantes de gases de efecto invernadero en la cumbre de cambio climático, es momento de que el país dé un giro de 180 grados a la política que se está aplicando con los programas de fertilización química y abrir el pensamiento a las soluciones más ecológicas que desde hace años expertos están planteando, agregó.
“Hay que decirlo, y decirlo fuerte, el programa de fertilización que demanda el país, y el conjunto del planeta, no es el de andar regalando fertilizantes químicos, aún cuando este regalo se destine a pequeños productores. Lo que se requiere es precisamente impulsar alternativas al uso de ellos, que ya han causado un gran daño al ambiente y en especial a los suelos”, dijo.
El especialista en temas de sustentabilidad agrícola aclaró que no se trata de satanizar a los fertilizantes, sino de hacer un uso racional y responsable de ellos, ya que solo con su disminución en combinación con biofertilizantes se puede reducir el impacto ecológico y generar beneficios económicos, socioambientales y contribuir a recuperar los suelos.
Con el uso de biofertilizantes, es posible reducir la fertilización química del 30 hasta 70 por ciento sin demérito de la producción, incluso registrando incremento de rendimientos que van del 10 al 40 por ciento, lo que se traduce en mayor productividad y, a su vez, significa incrementos en la rentabilidad para el productor. Además, el uso de los biofertilizantes permite disminuir las emisiones de bióxido de carbono.