Washington. El psiquiatra estadunidense Aaron T. Beck, considerado el padre de la terapia cognitiva, un enfoque desarrollado en la década de 1960 que revolucionó el campo de la psicoterapia, murió el lunes a los 100 años.
Beck falleció en su casa en Filadelfia, en el noreste de Estados Unidos, según un comunicado de su hija Judith Beck, presidenta del Instituto Beck, una organización que ha formado a miles de profesionales que practican la terapia cognitivo-conductual o TCC.
"Mi padre dedicó su vida al desarrollo y la prueba de tratamientos para mejorar las vidas de innumerables personas en todo el mundo que enfrentan problemas de salud", dijo.
"Realmente transformó el campo de la salud mental", comentó.
A diferencia del psicoanálisis desarrollado por Sigmund Freud, que enfatiza el papel del subconsciente y anima a los pacientes a ahondar en sus recuerdos, la terapia cognitiva se ocupa del presente.
En sus primeros años como psiquiatra, Beck notó que sus pacientes frecuentemente expresaban pensamientos negativos, como "soy incapaz de...", los cuales llamó "pensamientos automáticos".
La terapia cognitiva incita a los pacientes a cambiar la forma en que ven determinadas situaciones y a identificar esos "pensamientos automáticos" para superarlos. Luego les invita a probar esas creencias modificadas en la vida cotidiana.
Este enfoque es ahora el método de terapia más practicado en todo el mundo, utilizado para tratar la depresión, la ansiedad, los trastornos alimentarios, los trastornos de la personalidad y otros problemas psiquiátricos.
Anteriormente, "la idea era que si uno se sentaba y escuchaba y decía 'ah, ah', de alguna manera los secretos saldrían a la luz", dijo Beck al New York Times en 2000. "Y uno quedaba exhausto solo por la impotencia de eso".
"Creo que, en última instancia, soy un pragmático", dijo durante la misma entrevista. "Y si no funciona, no lo hago".
Beck nació en julio de 1921 en Providence, Rhode Island. Se graduó de la Universidad de Brown y la Universidad de Yale, y escribió o coescribió unos 20 libros.
Fundó con su hija Judith el Instituto Beck en 1994, que desde entonces ha capacitado a más de 25 mil profesionales de la salud mental en 130 países en terapia cognitivo-conductual.
Más de dos mil estudios han demostrado la eficacia de la TCC, según este instituto.