Tijuana, BC. Al caer la noche en el campamento migrante instalado en el cruce fronterizo de El Chaparral, autoridades municipales realizaron un operativo que terminó en la destrucción de algunas casas de campaña y la instalación de un cerco de alambre.
El operativo, realizado con más de 100 elementos desarmados de la policía municipal y decenas de trabajadores de la Secretaría de Bienestar municipal, empezó con un censo de quienes ahí acampan y el marcado de las casas de campaña que la autoridad consideró se encontraban vacias.
Mientras tanto, el municipio instaló una serie de mesas en las cuales entregó comida, medicinas, ofreció consultas a quienes tuvieran algún padecimiento y los migrantes tuvieron que aceptar se les credencializara.
Una vez que terminaron de retirar las casas vacías y las pertenencias del grupo de migrantes que durante el día estaba en el campamento, pero por la noche se iba a algún albergue para dormir, empezó la instalación del cerco.
Durante la instalación de la malla de alambre, llegó el secretario de seguridad pública de Tijuana, Gustavo Sánchez.
"El perímetro es para protegerlos, sabemos que hay tráfico de drogas, trata de blancas (...) Estamos tratando de generar protección", dijo el secretario.
Aunque tanto Sánchez como Gerardo López, secretario de Bienestar del municipio, aseguraron que la credencial no es obligatoria, algunos migrantes dijeron a La Jornada que en las mesas de atención médica, jurídica y entrega de alimentos les dijeron que era obligatorio para recibir los servicios y permanecer en el campamento.
Un grupo de migrantes que recibió a los elementos de la Secretaría de Bienestar municipal aseguró que los reportes de que ahí había violencia y consumo de drogas eran exagerados.
El gobierno de Estados Unidos dijo a México que la reapertura del paso peatonal frente al que está ubicado el campamento no será reabierto mientras permanezcan ahí.