Pekín. A falta de 100 días para que empiecen los Juegos Olímpicos de Invierno, Pekín prometió un evento "simple y seguro", aunque los preparativos son todo menos fáciles, ya que China se prepara para albergar a miles de deportistas y equipos mientras lucha contra brotes de Covid-19.
Pekín será la primera ciudad que alberga tanto los Juegos de Verano como los de Invierno, pero el evento de 2022 está ensombrecido por la pandemia del coronavirus y los llamados de grupos de derechos humanos para boicotearlos por el trato de China al Tíbet, los musulmanes uigures y Hong Kong.
Los Juegos se llevarán a cabo del 4 al 20 de febrero, con todos los participantes sujetos a pruebas Covid-19 diarias y sin espectadores internacionales. A diferencia de los Juegos de Tokio de este año, podrá haber espectadores en los eventos que se disputen en la capital china y sus alrededores.
Los deportistas y el personal relacionado con los Juegos estarán dentro de un "circuito cerrado" que incluirá tres grupos de lugares: uno en el centro de Pekín, uno en las afueras cerca de la Gran Muralla y otro al noroeste de la ciudad, en la provincia de Hebei.
"Mantener el virus bajo control es el mayor desafío para nosotros como anfitriones de los Juegos Olímpicos de Invierno", dijo Zhang Jiandong, vicealcalde de Pekín, en una comparecencia este miércoles. "Si no podemos estar seguros con el Covid-19, entonces no habremos organizado unos Juegos Olímpicos exitosos".
A diferencia de los Juegos de Tokio, que se retrasaron un año y fueron rodeados de especulaciones sobre su cancelación, no hay duda de que Pekín celebrará su cita pase lo que pase, mientras una China cada vez más asertiva aprovecha la oportunidad para demostrar su "poder blando".
Aún así, la cuenta regresiva llega en un momento en que China, que tiene en vigor algunos de los controles de Covid-19 más estrictos del mundo, maneja pequeños brotes de la variante delta. Los maratones de Pekín y Wuhan fueron aplazados recientemente y se anunciaron restricciones en los viajes a la capital debido a decenas de nuevos casos diarios.
Los grupos de derechos humanos y algunos legisladores estadunidenses han pedido al Comité Olímpico Internacional que aplace el evento y lo reubique, a menos que China ponga fin a lo que Washington considere un genocidio en curso contra los uigures y otros grupos minoritarios musulmanes.