Ciudad de México. El ex comandante de las disueltas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Granda Escobar, respondió a las voces que se alzaron para criticar que no fuera detenido el martes pasado al aterrizar en México ante la emisión de una ficha roja de la Interpol a solicitud de Paraguay.

Enfatizó que con base en los acuerdos de paz alcanzados en 2016 con el ex presidente Juan Manuel Santos, los ex combatientes tienen “libre movilidad nacional e internacional”, siempre y cuando cumplan con los requerimientos surgidos a partir de los diálogos de La Habana.

Pese a ello, al darse el incidente decidió regresar a su país “para evitar un conflicto diplomático” entre México, Colombia y Paraguay”.

El ex vocero de las FARC, a quien se le conocía como “El canciller”, siempre apostó por una salida negociada al conflicto y fue de los principales negociadores de la guerrilla, inclusive antes de los diálogos para la paz con Santos. Formó parte de la Unión Patriótica. Es de destacar que a partir de los acuerdos de paz con Santos, el movimiento armado transmutó al partido Comunes, del que Granda Escobar es militante.

A través de un video difundido en redes sociales, Granda Escobar aseveró que fue invitado para participar en el 25 Seminario Internacional “Los partidos y una nueva sociedad”, convocado por el Partido del Trabajo de México.

Viajó con rumbo a territorio mexicano el martes pasado, pero antes cumplió con los requerimientos establecidos por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) –un tribunal surgido a partir de los diálogos de La Habana y que investiga y juzga los crímenes perpetrados durante el conflicto en Colombia—, pero al llegar a México, se le informó que se había activado una orden de extradición solicitada desde Paraguay.

Debido al requerimiento de la Interpol, tras aterrizar en la capital mexicana fue retenido por un tiempo en la terminal aérea. Sin embargo, la cancillería realizó las gestiones internas y le notificó que sí se le permitiría el ingreso al país, aunque decidió volver a suelo colombiano.

“Nosotros tomamos la determinación que yo regresara a Colombia. Primero porque no queremos un incidente diplomático entre Colombia, Paraguay y México. Además para evitar que el gobierno colombiano –encabezado por Iván Duque, aliado del ex mandatario Álvaro Uribe quien es férreo opositor a los acuerdos de paz— siga utilizando a las antiguas FARC, ahora Comunes, para distraer a la opinión pública de los problemas centrales del país”, enfatizó Granda Escobar en el video.

A pesar de los acuerdos de paz y que la JEP sigue los procesos contra los ex combatientes, en Paraguay existe un proceso en el que se le acusa de “secuestro, asociación criminal y homicidio doloso”.

Ante ello, el ex guerrillero subrayó: “Desde tiempo atrás, junto con los abogados, hemos dicho que deben acumularse todos mis procesos, incluyendo el de Paraguay, para que sea traído a Colombia ante la JEP, que es la responsable de sancionar las conductas que nosotros hemos tenido. Esperamos que este incidente (en México) sirva para clarificar que nosotros tenemos libre movilidad nacional e internacional siempre y cuando cumplamos con las cuestiones de ley”.

Los acuerdos de paz establecen que hay amnistía para delitos políticos, sanción “alternativa” para delitos de lesa humanidad y de guerra (incluidos secuestro, reclutamiento de menores, uso de minas antipersonales, que no pueden ser amnistiados según el derecho internacional); y se mantienen los derechos políticos a los culpables de delitos graves, siempre que hayan hecho una declaración integral que satisfaga la obligación de verdad.

Esto es, si se comprueba que los ex guerrilleros aportaron verdad plena y reconocieron su responsabilidad, serían acreedores a una sanción propia, que es restaurativa y reparadora y tiene una duración de cinco a ocho años de restricción efectiva de la libertad en establecimientos no carcelarios.

En ese sentido, la autoridades mexicanas –y de otras naciones— no tenían motivos para arrestarlo tras su aterrizaje el martes pasado ni para impedir su paso por el país.

Granda Escobar, también conocido dentro de la guerrilla como Ricardo Téllez, fue miembro del Partido Comunista Colombiano. También formó parte de la Unión Patriótica.

En 1997 fue elegido miembro del Estado Mayor Central de las FARC y también formó parte de la Comisión Internación de esta guerrilla, cuya sede estaba en Costa Rica.

Su captura el 13 de diciembre de 2004 en la frontera entre Colombia y Venezuela desató una tensión diplomática entre los entonces gobiernos de Álvaro Uribe y Hugo Chávez. Dos años y medio después, en 2007, fue liberado a petición del ex presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, quien mediaba para conseguir la liberación de varias personas aseguradas por las FARC, entre ellas la ciudadana colombiano-francesa Ingrid Betancourt.

El recuperar su libertad, Granda Escobar regresó al trabajo político e internacional con las FARC. Su trabajo fue clave en las mesas de negociaciones en La Habana, donde se llegó a los acuerdos de paz entre la guerrilla y el ex presidente colombiano Santos.