Ciudad de México. El incremento en el flujo de armas asociada a la estrategia de militarización en el país y la importación ilegal desde Estados Unidos generó un mayor número de feminicidios, en el cual están asociadas armas de fuego, que pasó de 3 de cada 10 mujeres asesinadas por esta vía a seis, se denunció durante la presentación del informe Violencia de género con armas de fuego en México.
El documento elaborado por diversas organizaciones defensoras de derechos humanos (Intersecta, Data Civica, Comisión Mexicana de Promoción y Defensa de Derechos Humanos), destaca que el giro en los homicidios de mujeres se disparó a partir de la guerra contra el narcotráfico declarada por Felipe Calderón. Si bien antes la mayor parte de estos se cometen en los hogares, en la actualidad el 60 por ciento se comete en la vía pública, destacó Adriana Ortega, de Intersecta.
A su vez, la especialista Monserrat Martínez aseveró que contar con un arma de fuego torna un ambiente de intimidación, sometimiento y violencia a la mujer y la familia. Sin embargo, en las denuncias sobre violencia intrafamiliar no suele tomarse en cuenta esta información fundamental porque suelen convertirse en feminicidios.
La militarización que se arrastra en el país desde hace años, aseguró, Dayra Arana, de Global Thought México, generó un aumento de la dinámica de acciones en otros entornos, en detrimento de las mujeres en el hogar. No sólo se incrementaron los homicidios relacionados con el narcotráfico sino que provocó un clima de mayor violencia en detrimento de los grupos más vulnerables.
Claudia González, de Voces de Mujeres en Acción, destacó que del estudio se concluye que la accesibilidad a las armas de fuego a partir del incremento de la presencia del crimen organizado no sólo proviene por la importación ilegal por estos grupos, sino también por la corrupción de corporaciones policiacas, cuyas armas “extraviadas” se venden a precios bajos en el mercado negro. Una de las consecuencias más graves es el aumento en el uso de armas de fuego en los feminicidios.
El impacto no sólo es para la mujer asesinada, sino para el entorno familiar, pues los menores que quedan huérfanos y en condiciones de vulnerabilidad, a cargo de las abuelas que suelen asumir la responsabilidad, pero son hijos que suelen ser susceptibles de incorporarse a la delincuencia organizada.
Kenia Cuevas de la Casa de Muñecas Tiresias y enfocada a la defensa de las mujeres trans denunció que México es actualmente el segundo país en América Latina donde se cometen más crímenes de odio. Subrayó que el uso de armas y de violencia excesiva contra las mujeres que, ante el rechazo familiar y de su entorno laboral, deben dedicarse al trabajo sexual, suelen ser agredidas y asesinadas en su espacio.