Ciudad de Panamá. La subsecretaria estadunidense de Seguridad Civil, Democracia y Derechos Humanos, Uzra Zeya, destacó este viernes la necesidad de aumentar la seguridad y el control del flujo de migrantes en la frontera entre Colombia y Panamá, en su mayoría haitianos, que tratan de llegar a Estados Unidos.
"Estamos trabajando con socios de toda la región para controlar los flujos migratorios irregulares", señaló Zeya durante una visita a un albergue para migrantes en la frontera panameña.
"Mejorar la seguridad de las fronteras, proteger a las poblaciones vulnerables y combatir a las organizaciones criminales organizadas que se benefician del contrabando y la trata de personas son responsabilidades que compartimos y que requieren un enfoque regional", agregó la funcionaria, que esta semana también visitó Haití.
Zeya se entrevistó el jueves con el presidente panameño, Laurentino Cortizo, para tratar, entre otros temas, la crisis migratoria. Según la subsecretaria, en 2021 Estados Unidos ha invertido más de 331 millones de dólares en asistencia humanitaria para Centroamérica y México.
Además, desde 2018, el Departamento de Estado ha proporcionado más de 15 millones de dólares para programas humanitarios y de seguridad fronteriza en Panamá.
La selva del Darién, entre Colombia y Panamá, se ha convertido en un corredor para quienes, desde Sudamérica, tratan de cruzar América Central y México rumbo a Estados Unidos, lo que es visto con preocupación por Washington.
En 2021, según el ministro panameño de Seguridad, Juan Pino, unas 107 mil personas, sobre todo haitianos, han atravesado esta selva virgen, una cifra casi equivalente al acumulado de los últimos seis años.
El gobierno panameño estima que para finales de año el acumulado será de 150 mil migrantes por esa peligrosa ruta, donde hay animales salvajes, ríos caudalosos y grupos criminales.
El viernes, varias agencias de la ONU advirtieron en un comunicado conjunto que la migración por el Darién "ha aumentado en magnitud, nivel de riesgo y precariedad", por lo que pidieron una mayor cooperación entre los gobiernos para garantizar "una movilidad digna y segura" para los migrantes.