Ciudad de México. La mayoría de los miembros de la junta de gobierno del Banco de México (BdeM) coincidió en que existe un balance de riesgos que en el horizonte empuja al alza el pronóstico de inflación del país, por lo que anticipan que en los siguientes meses continuarán las presiones en los precios.
Al dar a conocer las minutas de su última decisión de política monetaria en la subió su tasa de referencia un cuarto de punto porcentual para ubicarla en 4.75 por ciento, el banco central destacó como el mayor riesgo a las presiones inflacionarias externas.
Algunos integrantes (las minutas no identifican por nombre los comentarios de cada uno) agregaron presiones de costos y una depreciación cambiaria.
Uno añadió el riesgo de una alta persistencia en la inflación subyacente y aumentos de los precios agropecuarios. Otro notó que se espera que se registren mayores presiones inflacionarias a medida que avance la reapertura y se cierre la brecha del crecimiento económico.
Algunos de los miembros también destacaron la influencia de las presiones inflacionarias de Estados Unidos. Al respecto, uno subrayó que dicha economía destaca por presentar altas presiones de precios, mientras que algunos puntualizaron que lo anterior ha impactado los precios de las mercancías alimenticias.
En este tema, uno resaltó la importancia de estos precios para el caso de México, ya que el componente de alimentos tiene un peso cercano a 25 por ciento en la inflación general, mientras que en otras economías emergentes es de solo 22 por ciento y en economías avanzadas de 14 por ciento.
Uno de los miembros mencionó que, entre las economías emergentes, México tiene una de las mayores inflaciones general y subyacente con relación a la meta de la inflación general, y que hay estimaciones que muestran que la dinámica inflacionaria reciente está siendo presionada por factores tanto de corto plazo como de mayor persistencia.
La mayoría señaló que las expectativas de las inflaciones general y subyacente para 2021 y 2022 volvieron a incrementarse, mientras que las de mediano y largo plazos se han mantenido más estables.
Voto disidente
En la sesión del pasado 29 de septiembre Alejandro Díaz de León, gobernador del BdeM, así como los subgobernadores Irene Espinosa, Galia Borja y Jonathan Heath votaron por incrementar la tasa de referencia, mientras que el subgobernador Gerardo Esquivel lo hizo por mantenerla sin movimiento.
En su argumentación mostrada en las minutas, Esquivel señala que aumentar la tasa de interés en esta coyuntura es inefectivo e ineficiente.
“Es inefectivo porque una mayor tasa no resuelve los factores que originan las presiones inflacionarias: aumento en precios internacionales de los insumos y disrupciones en las cadenas de suministro. Es ineficiente porque el aumento sí podría afectar a la economía en varias dimensiones: consumo, inversión, crédito y finanzas públicas”, apuntó.
Además, señaló que el aumento reduce el espacio futuro para cuando la Reserva Federal inicie el proceso de normalización de sus tasas, pues anticiparse demasiado a este proceso, podría implicar que en el futuro la tasa deba llevarse a un terreno muy restrictivo para no afectar la postura relativa.
También dijo que aumentos continuos podrían interpretarse como señales de que la inflación tiene un carácter permanente.
“Esto podría afectar las expectativas y al proceso de formación de precios. De hecho, del primer aumento a la fecha, las expectativas de corto plazo no han hecho sino aumentar, por lo que el objetivo buscado no se ha alcanzado. Así, cabría preguntarse si no sería mejor una política comunicativa que explicara con claridad la naturaleza del choque inflacionario actual, en vez de responder mecánicamente con aumentos continuos de tasas, puntualizó.