Madrid. El telescopio James Webb, de la NASA, sucesor del Hubble, llegó ayer a la Guayana Francesa para su lanzamiento en diciembre desde la base de Kourou, tras 16 días de viaje por mar desde California.
El observatorio de ciencia espacial más grande y complejo del mundo ahora será conducido al sitio desde donde será lanzado para comenzar los preparativos operativos, que durarán dos meses, antes de despegar en un cohete Ariane 5, el 18 de diciembre.
Según la NASA, una vez que esté en funcionamiento a 1.5 millones de kilómetros de la Tierra, revelará conocimientos sobre todas las fases de la historia cósmica, desde justo después del Big Bang, y ayudará a buscar signos de habitabilidad potencial entre los miles de exoplanetas que los científicos han descubierto en años recientes.
La misión es una colaboración internacional liderada por la NASA, en asociación con las agencias espaciales europea y canadiense.
Después de completar las pruebas en agosto en el Parque Espacial de Northrop Grumman en Redondo Beach, California, el equipo de Webb pasó casi un mes plegando, almacenando y preparando el enorme observatorio para su envío a Sudamérica, en un contenedor hecho a la medida y con control ambiental.
A última hora de la noche del 24 de septiembre, Webb viajó con una escolta policial unos 42 kilómetros por las calles de Los Ángeles, desde las instalaciones de Northrop Grumman en Redondo Beach hasta la Estación Naval de Seal Beach. Allí, se cargó en el MN Colibri, barco de bandera francesa que antes había transportado satélites y hardware de vuelos espaciales a Kourou. Partió de Seal Beach el 26 de septiembre y entró en el Canal de Panamá el martes 5 de octubre en su camino a Kourou.
El telescopio se empezó a ensamblar en 2013 en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt. En 2017, se envió al Centro Espacial Johnson para realizar pruebas criogénicas en la histórica instalación de prueba Cámara A, famosa por su uso durante las misiones Apolo.
En 2018, fue llevado a Space Park en California, donde durante tres años se sometió a pruebas rigurosas a fin de garantizar que estuviera listo para el entorno del espacio.