Madrid. La princesa alemana Corinna Larsen, ex amante del rey emérito español Juan Carlos de Borbón, mantuvo hasta octubre del 2009 una sociedad opaca conjunta con el empresario mexicano Allen Sangines-Krause, quien a su vez está siendo investigado por haber entregado centenares de miles de euros a la Familia Real a través de tarjetas de crédito, también opacas.
La investigación realizada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), gracias a la filtración masiva de archivos llamada los Papeles Pandora, confirman la estrecha relación de este magnate mexicano con la Casa Real española.
La investigación periodística, realizada por diarios como The Washington Post, The Guardian y el español El País, confirman la existencia de un triángulo de intereses oscuros, que sería el formado por Corinna Larsen -quien habría acumulado una fortuna de centenares de millones de euros gracias a su estrecha relación con el monarca español-, el empresario mexicano, Sangines-Krause, quien además de financiador opaco de la Familia Real española se ha convertido en uno de los empresarios más influyentes del sector inmobiliario de lujo en Madrid y Barcelona, y por el último, el propio rey emérito español, quien reside actualmente en Abu Dhabi tras abandonar España en agosto del 2020 acosado por las numerosas investigaciones judiciales en su contra, en las que se sospecha que incurrió en delitos de blanqueo de capitales, fraude fiscal y falsedad documental.
Según la investigación periodística, el nombre de la sociedad opaca, con sede en un paraíso fiscal, era Fortuna Ventures Ltd, en la que la ex amante del monarca figura como directora, y en la que hay además otras dos sociedades opacas como accionistas, Apollonia Holdings y Montpascal Holdings.
Esta red oscura fue configurada desde el despacho financiero con sede en Panamá, Alemán, Cordero, Balindo y Lee (Alcogal), que es precisamente una de las 14 empresas de este tipo de las que se filtraron los archivos masivos, hasta totalizar 9.7 millones de documentos.
Además, figura como accionista y con su nombre íntegro, Sanginés-Krause, quien durante esa época y en años posteriores fue el principal proveedor de una serie de tarjetas de crédito opacas para la Familia Real, con las que habrían gastado centenares de miles de euros, la mayoría en asuntos de lujo, como alquileres de aviones privados o compras en las tiendas más caras del planeta. Precisamente, su nombre aparece ligado a la empresa Montpascal, una prueba que se suma a la existencia de una factura y una dirección que hacen referencia al lujoso castillo que el empresario mexicano compró en Irlanda y a cuya inauguración, invitó al rey emérito Juan Carlos I, entre otros.
Sanginés-Krause, un coleccionoista y vendedor de arte, sigue siendo investigado por las justicias suiza y española por su participación en la entrega y financiamiento de las tarjetas opacas, desde las que giraba los fondos a una cuenta bancaria administrada por un colaborador de la Casa del Rey, el coronel del ejército del aire Nicolás Murga. Las tarjetas estaban a su nombre, aunque las empleaba el rey emérito y así sus gastos quedaban ocultos de cara a la Agencia Tributaria.
El empresario es dueño de los Hoteles Four Seasons, y Fairmont Mayakoba en México y de un Castillo en Irlanda y fue responsable de Goldman Sachs en México, España y Rusia, para luego convertirse en director de operaciones para toda América Latina antes de crear su propia empresa BK Partners de inversiones en el sector inmobiliario y en centros turísticos. Sangines-Krause reconoció en su momento que pagó 113 mil euros de viajes y estancias al rey emérito español entre los 2016 y 2017, además de 270 mil euros al coronel Murga en 2017 y 2018.